viernes, 23 de abril de 2010

RETURNING TO PARADISE FOREST

Dicho así, podría parecer el título de una película de domingo por la tarde, pero no. En mi cometido de revisar el plano de Pinarejos 1, he podido disfrutar de un bosque cuajado de vida.
Tal vez haya quien piense que a los que hacemos planos nos mueve el interés por tener, más tarde, lugares en los que entrenar con un papel en la mano. Ese no es mi caso. Yo disfruto mucho con todos los pasos previos que implica hacer un plano, entre ellos las visitas que se realizan a un lugar para conocerlo lo mejor posible e imaginar cómo se van a solucionar problemas de interpretación que pueden aparecer a la hora de hacer el trabajo de campo. Y después de invertir un montón de tiempo en la elaboración de un plano y de haberlo estrenado en una competición, ¿qué queda?, ¿vuelve el cartógrafo con cierta frecuencia?,¿lo utiliza para entrenar? Pues la verdad es que en mi caso no. Generalmente tras haber pasado por todo el proceso de elaboración hasta su estreno, yo no vuelvo con frecuencia a esos lugares y, fundamentalmente, es porque otro nuevo proyecto renueva las ilusiones y las ganas por salir a dibujar al bosque. Que no se vea esto como algo negativo en absoluto, al regresar tras haber pasado cierto tiempo me permite re-descubrir sitios que merecieron y que merecen la pena totalmente, pequeños tesoros que hoy se ven con ojos nuevos, más experimentados.
El volver a Pinarejos y su entorno en un soleado día de primavera me ha hecho sentir otra vez una enorme satisfacción por el trabajo realizado y un gran placer al respirar el aire limpio y fresco de estos montes. Hay cartógrafos profesionales que seguramente no vuelvan nunca a muchos lugares en los que han trabajado, yo, por fortuna, soy un aficionado que no me alejo mucho de casa y eso me permite volver a los sitios en los que he trabajado de vez en cuando. Es como retomar viejas amistades.


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