lunes, 28 de junio de 2010

NOCTURNA COV.2ª PARTE, SECTOR EN LÍNEA


Al poco de comenzar la parte en línea veo a varios organizadores que observan el paso de corredores y sacan fotos. Yo les pregunto que si ha pasado ya algún corredor y me dicen que dos o tres.
Me meto por las calles del pueblo un poco espesote y antes de volver al bosque me da alcance un corredor. Llegamos a la vez al control 13º. De camino al control 14º yo no leo demasiado el plano y me concentro más en la brújula pero, a pesar de ello, sigo los pasos del otro corredor, que me lleva al huerto. Al final sigo hacia el Norte donde relocalizo al llegar a un cultivo. Con todo me cuesta llegar al control que levanto a mi rival. Mantengo una leve ventaja en los tres siguientes puntos.
El control 18º no parece difícil, con un gran espolón como referencia, si bien la primera ladera en bajada desde la ruina está llena de maleza y con el suelo bastante irregular. Ya en la zona del círculo mi oponente se para y yo, en vez de pasar de sus reacciones, me dejo llevar, empiezo a dar vueltas un poco por probar cuando pasado un rato concluyo que el control ha de estar algo más abajo.
Para entonces el otro corredor ya ha picado la baliza y se encamina al siguiente control. ¡Mierda!¡Que se me va! Pico y arreo hacia el 19º.
Busco la seguridad del camino aunque sepa que luego me tocará subir a picar la baliza. Mientras, el corredor que me antecede y, contra todo pronóstico, se desvía hacia el Sur ¿cómo es posible? Ya llegando al control, veo como el otro orientador rectifica y viene reprochándose el error. Cuando vamos a picar ¡Oh sorpresa! Entra un tercer actor en escena. Veo que es de mi club y que lleva un frontal con poca luz. Vaya, ahora la lucha va a ser a tres bandas.
Pican el control 20º y 21º un poco delante de mi. De camino al control 22º compruebo el rumbo y veo que mis oponentes salen algo desviados hacia el Norte mientras que yo voy más a rumbo y manteniendo altura. Ya cerca del control veo sus frontales muy parados unos 100 metros al Norte y me digo: “Van a caer como alcones sobre mi en cuanto te vean parar a picar, pero esta puede ser una buena oportunidad si consigues mantener cierta distancia así que pica y sal corriendo como si te fuera la vida en ello”.
Salgo pitando hacia el control 23º y ya en sus cercanías me giro para ver cómo se van acercando las luces de mis ahora perseguidores. ¡Vamos, al siguiente! Mantén el rumbo y...¡ahí está!
Estoy cansado y por un momento pienso en que no merece la pena luchar, que es seguro que ellos están en mejor forma que yo, pero al segundo me digo que voy a vender cara mi piel. Venga, ya tengo el 25º, sólo me queda uno. DIOSSSS, ahora viene una cuesta arriba. Puedo oir a un corredor que me va comiendo terreno, apago el frontal porque no quiero ponérselo fácil, ¿servirá de algo? Estoy subiendo a oscuras y puedo oir su respiración. Vuelvo a dar la luz.
Llego un metro por delante al último control, que intento picar lo más rápido que puedo, y cuando todo parece indicar que nos vamos a jugar la entrada en meta con un apretado sprint, compruebo que el otro corredor no lucha por entrar antes que yo en la meta, ¿por qué? Luego me confesaría que apagó el frontal cuando yo lo hice pero que no lo volvió a encender, así que veía el último control mientras yo lo iluminaba y que al lanzarme al sprint y retirar la luz él ya no vió bien dónde tenía que picar, concediéndome los segundos suficientes para entrar tranquilo en meta.
Bueno, al final una carrera muy disputada con tres errores de 2-3 minutos que me alejaron del tiempo del primer clasificado pero que me dejó la grata sensación de haberlo dado todo bajo la luna llena en unos pinares que tantas alegrías me han dado.
¡Cómo me gustaría que hubiera más carreras nocturas!



No hay comentarios: