sábado, 10 de julio de 2010

DÍA 5-PRIMERA CARRERA EN LOUGH ESKE


La mañana vuelve a ser soleada, ni una nube en el cielo, ¿cuánto durará esta racha de buen tiempo? Desde el principio el clima ha sido estupendo, ni una gota de lluvia, ojalá no llueva en las carreras.
Unas compras y una ensalada bien cargada para comer que luego hay que salir al bosque, bueno bosque no, porque resulta que el terreno en el que se desarrollan las carreras no tienen ni un árbol, y ni un arbusto. INCREIBLE, pero cierto. Todo el terreno es un herbazal de suelo pantanoso con un relieve sinuoso, poco uniforme, con cotas, cortados y poco más.
La carrera cuenta apenas con 160 participantes y no todos corren los tres días. En el registro no te dan ni boletín, ni un pequeño obsequio, ni nada. Te dan la bienvenida y porque vienes de España sino ni eso. El paseo a la salida, dicen que es de 1 km., mentira, son 1 y medio, por lo menos. En previsión de mal tiempo, han colocado una tienda para dejar ropa de recambio si fuera necesario.
Ya en espera de la salida charlo con Jorge, un valenciano que se ha venido a la carrera con un vuelo Alicante-Derry. Él participa en H-35 y viene, como yo, con ganas de moverse y adaptarse en un terreno diferente.
Se notan algunas miradas de los participantes irlandeses, parecen pensar: “Este no me suena, ¿de dónde vendrá? Parece español”. Y es que, curiosamente, suelen acertar los jodidos. No parecen dudar pensando en si eres portugués, italiano, griego, español o lo que sea, directamente oyes “spanish” tras de ti.
Tomo la salida y me aferro a la brújula como un poseso ya que intento identificar las formas del terreno y no hay manera, así con más miedo que vergüenza me voy desviando casi sin querer hasta que relocalizo en 3 grandes piedras y al poco veo la baliza a cierta distancia. Nada más salir del primer control sumerjo las dos piernas en una zona pantanosa que no aparece como impasable. Pufff, qué larga se me va a hacer esta carrera... poco a poco voy adaptándome al terreno y a la interpretación del plano. Toda una ciencia el intentar identificar dónde el suelo es más sólido y dónde vas a hundirte, unas veces aciertas y otras no: ¡CHOFFF!
Tras la carrera ducha y a cenar, que allá se adelantan las horas de comer y cenar. Jorge se viene al “Castle Bar”, un pub-restaurante-bar de copas, etc, donde se puede comer y luego tomar unas pintas hasta que cierran. Volvemos al Reel Inn y esta noche la sesión es más sosa, más turística, pero bueno lo más divertido es contemplar la fauna humana que ronda en torno a esta pachanga tradicional.

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