sábado, 15 de octubre de 2011

VUELTA A LOS RUEDOS,…por lo menos arena si que había

   Tras la lesión de tobillo que sufrí a finales del pasado mes de junio en Lituania no había corrido en absoluto a pie por suelo de bosque. Este verano el ejercicio predominante ha sido salir con la bici de montaña y poco más. Bueno sí que hice una carrera de orientación pero fue la urbana de Londres, todo asfalto y pavimento. Aunque ya habían pasado más de tres meses desde entonces, no tenía muy claro participar en una carrera en bosque todavía, así que cuando se presentó la posibilidad de ir a Portillo para correr una Liga Norte no tenía las cosas muy claras.

   Finalmente decidí acudir tras evaluar pros y contras. Me animaba el plano nuevo y el buen clima, pero mostraba reticencias ante la posibilidad de empeorar una lesión que se había ido recuperando muy bien, así que me “blindé” los dos tobillos con esparadrapo y tobilleras rígidas articuladas para evitar cualquier pequeña torcedura o esguince. Y así, andando como Robocop me fui a la salida con David, a quien conocí en la carrera de Londres, charlando de nuestras cosas. El pasillo de mi recorrido estaba libre así que me dirijo al portador del listado de participantes, me identifico y resulta que no aparezco como inscrito. Me apuntan e inicio la carrera; posteriormente resultó que mi nombre aparecía en el listado de la categoría H-50. Una anécdota sin importancia.

   Primeras sensaciones positivas, parece que todo va bien. La pila me dura, como viene siendo habitual no más de 20-25 minutos (¡¡¡HAY QUE ENTRENAR!!!) y a partir de ahí a sufrir salvajemente, más si cabe subiendo las laderas del Sur, en la zona de las yeseras. Pufff, no me arrancaba a correr casi ni en la parte más plana del bosque. Bueno, no pasa nasa, he venido a soltarme, ponerme a prueba e intentar acabar la carrera. Si todo va bien, podré comenzar a entrenar con carrera continua a pie de cara a futuras pruebas.

       Vallehermosa Portillo Plano y track de mi carrera.

   Finalmente termino la carrera sin forzarme demasiado físicamente (tampoco podía dar mucho más) y sin acumular grandes errores técnicos, no me quito más de 4 minutos acumulados; pero claro, el bajo rendimiento físico me relega a malas posiciones en la clasificación. Las zonas que más me gustaron eran las que limitaban al Sur con las yeseras y la ladera del Norte. Tras acabar la carrera una duchita, detalle que siempre se agradece, y luego a charlar por aquí y por allá y a ver la entrega de premios.

   Hala, ¿nos volvemos a Aranda a comer? Nooooo, nos proponen ir a comer a Pedrajas de San Esteban. Pues venga, vamos para allá. Después de comer visitamos el castillo de Íscar con un guía de privilegio que nos enseñó todas las estancias. Las vistas desde el castillo son realmente impresionantes y la restauración a la que se ha visto sometido ha mejorado notablemente el aspecto del edificio. Nos cuentan que hay un ambicioso proyecto en marcha con el castillo como protagonista, ¿será también algún día el escenario de alguna carrera de orientación? Quien sabe…

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