domingo, 29 de abril de 2012

Tiempo de ladra

   Bien metidos en la primavera, ha llegado el tiempo del celo de los corzos. Los machos, otrora huidizos, ahora son esclavos de sus hormonas sexuales y se convierten en unos combativos luchadores territoriales llegando a mostrarse sin rubor y a enfrentarse a criaturas más grandes que ellos mismos. Ahora su pelaje es pardo rojizo, ya no es la borra gris que protegía mejor del frío y, sus cuernos, renovados año tras año en el caso de los machos, lucen todas sus puntas y perlas bien desarrolladas.

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   En esta época del año los días son largos y merece la pena aprovecharlos para salir a hacer trabajo de campo, entrenar en el bosque, dar un paseo, etc..y no es extraño escuchar un ronco ladrido venido de la espesura. Es el ladrido del corzo, que en otras ocasiones expresa dolor, aviso de que hay una amenaza en la zona, señales territoriales acústicas, etc..pero que en esta época viene a decir: “Oye tú, no sé lo que eres, pero no te tengo miedo, estás en mi territorio y si tengo que luchar contigo por los favores de una hembra, lo haré”.

   La cuerna del corzo, corta y poco desarrollada, está, a diferencia de la del ciervo o el gamo más adaptada a la vida en la dehesa, muy bien adaptada a la vida en un entorno forestal variado en el que se pueden encontrar zonas de ramas bajas o de maleza. Los machos aprovechan sus cuernos en esta época para marcar con ellos los troncos que hay en las lindes de su territorio particular.

   También marcan algunos troncos con un chorro de orina cargado de feromonas, una marca química personal. En ocasiones los corzos frotan sus cuernos contra el suelo en los lugares en los que abundan los líquenes, luciendo así una especie de guirnaldas blanco-verdosas.

   La primera vez que oí de cerca la ladra de un corzo pensé que se trataba de un perro y me preocupé, pero ahora su sonido se ha convertido en un tono frecuente que acompaña mis jornadas en el bosque y que no me inquieta sino que me alegra por saber que está cerca el animal al que me gustaría emular en su facilidad para desplazarse velozmente por el suelo boscoso.

Frente

  Hay un dato curioso acerca del periodo de gestación en esta especie, y es que tras la cópula, el óvulo fecundado no inicia inmediatamente su desarrollo, sino que permanece en estado durmiente o latente durante varios meses, desde mayo-junio a noviembre o diciembre, de modo que, aunque el apareamiento se da nueve meses antes del parto, el periodo de gestación es de poco más de cuatro meses.

  La razón de este hecho es que el parto se produce en una época del año en la que abunda el alimento para las crías y, no menos importante, el entorno tiene unas propiedades (altura de la hierba, colores predominantes, etc..) en las que es más fácil para la nueva prole utilizar el camuflaje que le proporciona su pelaje y, sobre todo, su quietud y silencio en presencia de una amenaza potencial.

martes, 24 de abril de 2012

Distancia media en el Bosque de los druidas.

  Dos clubes cercanos y queridos (por mucho que lo nieguen las malas lenguas) se ponen de acuerdo para organizar una Liga Nacional en, a mi juicio, una de las comarcas más prometedoras, técnicas, variadas y “bárbaras” de la península ibérica, como es la de Pinares, entre las provincias de Burgos y Soria. Paradójica, pero gratificantemente, la primera prueba, a disputar el sábado 21 de abril cerca de Palacios de la Sierra (Burgos), no se desarrolla en un terreno poblado por pinos sino por robles; robles centenarios de esos que llevan sufridos muchos inviernos y con una entidad que casi hace bajar la cabeza o ponerse a canturrear porque dan miedo sólo de pensar que de entre las arrugadas cortezas de sus inabarcables troncos pudieran aparecer unos ojillos que vigilaran nuestros pasos.

   El Bosque de los druidas no es tan sólo una dehesa que ha dado cobijo y sustento a generaciones de cabezas de ganado, es un testigo de la historia. Pobladores pretéritos aprovecharon su resguardada situación y la generosidad de la naturaleza en la zona para encontrar un lugar en el mundo al que llamar hogar. Se pueden hallar dispersos varios vestigios de construcciones muy antiguas, si bien la ocupación humana puede remontarse hasta tiempos prehistóricos. Pero, además, es uno de esos lugares que parecen coincidir de forma perfecta con el bosque idealizado que todos tenemos en la cabeza y en los que sucedían los cuentos y leyendas que nos contaban de pequeños. Si en algún lugar no nos extrañaría ver a un ser fantástico escondiéndose entre las rocas es en un sitio como este.

   Además de todo esto, el Bosque de los druidas es el protagonista de una ilusión, de un sueño personal. Son muchos años los que Teo Gil llevaba queriendo organizar una carrera en el bosque de su pueblo y, al final todo llega. Sirva esto como ejemplo de que, a veces, las cosas tardan en llegar pero si hay voluntad y ganas las cosas terminan llegando. Seguro que su hijo Edu también se ha sentido orgulloso de mostrar a sus compañeros y amigos un lugar del que, sin duda, les habría hablado en varias ocasiones. Teo, hombre prudente, tal vez sintiera dudas antes de embarcar a sus compañeras y compañeros de club en un follón como es el de una Liga Nacional pero yo creo que todos pensaran que el esfuerzo ha merecido la pena.

   Mis circunstancias personales no me favorecían mucho para participar con alegría y descansado en esta Liga Nacional, ya que me tocaba trabajar en turno de noche todo el fin de semana, pero bueno, ésta no me la podía perder ya que, conocedor como era de todo lo escrito previamente, y siendo además en distancia media, etc, etc, pues me dije que por lo menos tenía que ir el sábado seguro. Lamentablemente, el esfuerzo de la primera carrera hizo que, no sin cierto pesar, prefiriera no acudir a la carrera del domingo en San Leonardo. El sueño y un cierto dolorcillo en la zona lumbar tras ocho horas de trabajo han podido más que las ganas de practicar la orientación.

   La mañana del sábado salgo de currar tras haberme pegado una bien ganada ducha y me voy a casa. Allí hago una sesión de estiramientos, reviso las cosas que me tengo que llevar, desayuno y cojo el coche para dirigirme a Palacios de la Sierra. Cuando hago el descenso del Alto del Cerro para llegar a la N-234, un autobús me hace una ráfaga con las luces, así que bajo la velocidad un poco y unos metros más adelante me encuentro en mitad de la calzada el cuerpo de un corzo tirado en el asfalto. Posteriormente me entero de que el atropello involuntario lo ha llevado a cabo un antiguo socio del club CORZO que se dirigía a la carrera. La población de corzos en esta zona se incrementa año tras año pero también hay muchas bajas causadas por los atropellos, la caza (legal y furtiva) y enemigos naturales.

   Ya en la zona de carrera aparco y voy a por mi dorsal, que lo ha recogido un compañero del club. El día está nublado y a veces llueve pero sin fuerza. La zona está al resguardo de vientos y así se soporta mejor la adversidad del clima. Hablando con unos y con otros se me pasa el tiempo y parto de la pre-salida con unos minutos de retraso, aunque no hay problema porque hay margen de sobra, margen que me viene de perlas para, tras comprobar que tengo tiempo, dejar un montón de nutrientes a los pies de un gran roble. Qué bueno es quitarse un peso de encima antes de empezar una carrera, aunque sea “in extremis”.

 Bosque druidas Selección  Inicio la carrera con ganas, motivado, con intención de leer plano y no fallar. El primer punto a curva de nivel; el segundo pica hacia arriba y hay que “agrandar” el control porque es difícil definir exactamente su ubicación; en el tercero me paso de largo veinte metros, pero me frenan unas aspas verdes (troncos por el suelo) y vuelvo sobre mis pasos rápidamente, al hacerlo veo cómo otro corredor se aproxima al control; al principio no le reconozco pero luego me percato de que es Cris Terkelsen, picamos casi a la par y hacemos juntos el siguiente control. En el quinto le veo un poco despistado pero soy yo quien falla más en la aproximación al control y ya se me escapa. Sexto control sin problemas. Séptimo, este es largo; empiezo a ver a otros corredores y me despisto un poco, esto unido al esfuerzo físico motivado porque desde el inicio todos los controles han sido manteniendo altura o en ascensión me hace despistarme un poco, pierdo un par de minutos. El tramo 7-8 lo hago a nivel y ya cerca del control sé que estoy en el círculo pero no consigo definir su ubicación con precisión, así que van pasando los segundos sin moverme, sabiendo que la baliza está muy cerca. Por fin decido que ha de estar algo más arriba y acierto.

   El resto de controles son en bajada casi hasta el final, así que me digo que hay que darlo todo e intentar no fallar más. Hago bien los controles 9 y 10, pero en este último coincido con un corredor que, no sé por qué, pienso que es de mi categoría. ¡¡¡Hay que ser tonto!!! Pero ,¿por qué tengo yo que suponer nada? Si es de mi categoría que lo sea, ¿qué importa? Tú haz tu carrera y punto, pero no, ahí que me lanzo cuesta abajo sin leer plano aunque tampoco siguiendo al corredor porque en poco tiempo le pierdo de vista. Muy bien, atontado, ahora estás bajando sin respetar el rumbo y sin haber tomado referencias en bastante tiempo, pero, ¿no te he dicho que no te fijes en nadie? Resumiendo, pierdo más de cuatro minutos entre relocalizar y arreglar el estropicio.¡Anda empanado, procura no fallar hasta la meta que ya sólo te faltan 4 controles de nada!

  Termino la carrera sin más problemas. Miro el reloj y veo que casi he tardado una hora, lo cual se me antoja un tiempo malísimo. En total me quito unos diez minutos de errores, demasiado para una media. Bueno, conocer el lugar ha merecido la pena; además me cuenta Edu Gil que no se ha usado todo lo cartografiado por lo que imagino que no tardando mucho se organizará alguna carrera de Liga Norte por aquí, y esa idea me gusta. Estoy agotado, descontento con mi carrera, pero la previsión de volver a este bosque hace menos amarga la sensación.

  El plano de los portugueses Rui Antunes y José Batista es, bajo mi criterio, muy bueno. Trabajan con mucho detalle, incluso demasiado. Da la sensación que han alterado el tamaño de algunos símbolos para representar mejor y dar cabida a todos los elementos de naturaleza rocosa, pero no puedo confirmarlo. Por otra parte el trazado me parece también muy bueno, aunque no me ha gustado que el perfil del mismo sea prácticamente en ascenso la primera mitad de la carrera y en descenso la segunda. Me hubiera gustado un mejor reparto de las curvas a subir a lo largo de toda la carrera, o haber comenzado la carrera más arriba.

   Al margen de esta carrera puedo percibir en mi un detalle que no me agrada en absoluto y es la facilidad con la que pierdo la concentración en presencia de otros participantes. Siempre decía a los demás que se fijaban demasiado en otros corredores y que debían aislarse mentalmente sin importarles lo que hicieran los demás. Ahora resulta que soy yo el que se altera con facilidad, empezando a pensar que quien veo hace mi recorrido, que van o vienen de la misma baliza que yo busco, etc..Empieza a fastidiarme realmente esto, así que tendré que mejorar mi concentración y seguridad lo antes posible.

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martes, 17 de abril de 2012

Liga Norte en Navaleno. 15/04/12

   Tras el importante hito del Campeonato de España, disputado en tierras cacereñas, regresamos a las citas más cercanas de la Liga Norte. Esta vez la prueba es en Navaleno, que carrera tras carrera se va instaurando como un “hot spot” de la orientación española. Los bosques de esta comarca son bonitos pero también son duros; por su desnivel, por sus brezos y espesuras, etc..y, sin embargo, son una referencia importante ya que son, con sus características distintivas, los bosques que más se pueden parecer a otros bosques “continentales” de otros países europeos.

   En el plano utilizado se mezclan trabajos de dos cartógrafos diferentes pero en carrera no noté un cambio sustancial al pasar de una zona a otra. Posteriormente, analizando mi competición en frío si que recuerdo detalles que hacen patente la diferencia de criterios. Mario y Juanma, los dos implicados, formaron junto a mi el equipo de cartógrafos del EYOC disputado en Soria en el 2010 y, sin duda, fue Juanma el que se llevó la peor parte en cuanto a tener que llevar a cabo un trabajo delicado y meticuloso. Por bueno que sea el plano base en este tipo de terreno, éste no nos va a definir con el detalle necesario esas técnicas y complejas líneas de cortados y rocas ni las diferencias de penetrabilidad en las grandes manchas de vegetación espesa.

  Tras acabar la carrera pensé haber sido muy sólido desde un punto de vista técnico, sin embargo la diferencia de tiempo con los primeros clasificados me hacían pensar que, aparte de la diferencia en físico, tenía que haber algún tramo mejorable en cuanto a elección de ruta, aproximación al control, etc..Tras un análisis pausado y tranquilo voy segregando tramos que podría haber realizado de otro modo. Ya la elección de ruta al primer control me sugiere que el haber seguido al principio el trazado del camino ancho en dirección Oeste para bajar hacia el control con posterioridad, en vez de lanzarme en una trayectoria más recta a media ladera, me hubiera sido más rentable en tiempo y esfuerzo, ya que, aunque el plano no lo sugiere, el desplazamiento en la primera mitad del tramo al primer control se ralentizó bastante por la vegetación y un terreno muy abrupto. Afinando mucho y puliendo pequeños “errores” no me quito más de diez minutos en total.

Navaleno Liga Norte

 

Dentro de una semana se disputará una prueba de Liga Nacional, y la carrera del domingo será de nuevo en este tipo de terreno aunque más cerca de la localidad de San Leonardo. Seguro que esta pasada competición va a servir como entrenamiento para la próxima cita en la comarca de Pinares. Pero esta es otra historia que será contada en otro momento.

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miércoles, 11 de abril de 2012

Campeonato de España de Orientación a Pie 2012. Plasencia (Cáceres)

 

DÍA 1, jueves 5 de abril del 2012:

  Amenaza de temporal para los días venideros. Chubasquero, paraguas, ropa de abrigo… Partimos hacia Plasencia con la intención de entrenar por la tarde. Paramos a comer en Mozarbez, después de pasar Salamanca. Tras recoger dorsales y planos de entrenamiento, nos vamos al plano de entrenamiento al que, en esta ocasión, no le corresponde el nombre “model event”, ya que es un plano hecho y derecho, con el mismo criterio y nivel de generalización que veremos en los días venideros. Es todo un detalle por parte de la organización el poner a disposición de los orientadores/as un plano con esta extensión y calidad.

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    Una compañera de club me pide que vaya con ella explicando los pormenores de la cartografía que vayamos encontrando por el camino. Empezamos identificando varios elementos y posteriormente le doy algunos consejillos que, espero, le sean útiles a lo largo del fin de semana. Nos dirigimos hacia los controles situados en la mitad Oeste del plano con ritmo pausado entre alcornoques, espinos en flor y otros arbustos diversos.

    Al llegar al control 43 nos juntamos con varios amigos de clubes de Castilla y León (COV, ALCON,…) que charlan encaramados a una gran roca desde la que se puede divisar una buena vista. Al regresar de nuevo a los vehículos me comentan que alguien a encontrado una granada de mortero por el monte, y es que esta zona se corresponde con un campo de tiro. La Guardia Civil se hace cargo del asunto.

   Por la noche nos vamos a dar una vuelta, ver alguna procesión, y tomar unas cañas y alguna tapa. El último montadito, de pechuga de pollo al ali-oli me da la noche, ya que la salsa me produce ardores. M´akagüensu…

 

 DÍA 2, viernes 6 de abril del 2012:

   Longo percurso CEO 12Hoy se disputa la carrera de distancia larga. La mañana es fría pero no llueve. Yo soy el primero en salir del grupo y no ando sobrado de tiempo. Prescindo del gps pero no de ponerme una camiseta térmica, ya que sopla un viento bastante frío. En la salida se puede coger un pequeño plano para irse acostumbrando a la cartografía que vamos a manejar, esto es otro punto favorable para la organización y que yo creo que se debería dar en más ocasiones.

   La distancia y el desnivel imponen un poco de respeto pero si no fallo en los primeros controles espero ir a más poco a poco. La verdad es que empiezo bastante espeso y con algunos fallos ya camino de la primera baliza y luego marchando hacia la tercera, pero no me importa demasiado ya que tengo “hambre” de orientación y el terreno me gusta.

   He marcado en azul mi desplazamiento cuando lo he considerado libre de errores, en rojo mis desplazamientos erróneos y en verde la ruta por la que creo que debería haber ido. Como puede verse hay infinidad de elementos rocosos por lo que hay un predominio del color negro por todo el plano; esto hizo que otros elementos de origen humano y, por tanto, pintados en negro, no se reconocieran con facilidad. Eso me ocurrió en varias ocasiones, como entre los puntos 2 y 3 donde no acertaba a ver en el plano las ruinas de edificaciones que tenía delante. Otro caso se dio entre los puntos 6 y 7, en el que vi un poste de valla con un control, y por tanto, el elemento debía estar representado en el plano. Lo busqué y di con un aspa negra bastante escondida entre puntos negros que representaban rocas. En otra ocasión, dirigiéndome hacia el punto 11 de mi recorrido, vi a lo lejos unas casetas que, por mucho que lo intentaba, no lograba localizar en el plano, lo cual hizo que me desviara un tanto de la trayectoria que debía haber trazado hacia el control. He marcado con rojo alguno de estos elementos.

   Finalmente me quito algo más de diez minutos en fallos, y por supuesto más de un cuarto de hora por falta de rendimiento físico, y es que las pendientes eran elegantes. A pesar de ello mi tiempo ideal hubiera quedado lejos de los primeros puestos.

  Por la tarde comienza a llover bastante y esto motiva el que me quede descansando en el hotel. Un amigo orientador, natural de Plasencia, se ofrece como guía para hacer una visita al parque natural de Monfragüe pero el granizo y la lluvia echan abajo el plan.

DÍA 3, sábado 7 de abril del 2012:

Relevos CEO 2012

   Mañanita de relevos. Nuestro JUKOLA a la española y por comunidades. Nervios, tensión, emoción, intriga y dolor de barriga. Mi pretensión era hacer una posta sólida, con pocos o ningún error, ¿la realidad? Todo lo contrario:

   Elegida la ruta al primer control, paso a ejecutar el plan previsto, pero en las cercanías del control no desciendo lo que debería y no identifico como debería los elementos del terreno; sin embargo, en mi mente creo haber llegado al elemento balizado, e incluso hay una baliza, pero tras comprobar el código de control veo que no es la mía. Bueno, no pasa nada, no debo andar lejos…relocaliza, en esa vegetación espesa hay otro control y más abajo hay una gran charca. Si, es fácil decirlo pero ando bastante descolocado, además, el elemento de mi control aparece como un cortado de roca bastante importante y que destaca entre los cortados circundantes, sin embargo, tras dar con el control, no me parece que el cortado de marras tenga más magnitud que los de alrededor. Bueno, con bastantes minutos de cabreo en la saca, me dirijo al segundo control.

   Enlazo controles sin problema hasta llegar al sexto, una cueva. Allí me encuentro con un corredor conocido y ya con la charla y demás, pierdo la concentración y no leo el plano como debería; total, unos minutos de pérdida, igual que el día anterior en la baliza 14. Aunque no de forma deliberada, Pablo y yo corremos a un ritmo parecido y visitamos hasta el final los mismos controles, si bien cada uno hace su carrera y la prueba es que entre los controles 8 y 9 yo bajo demasiado y sin hacer caso de la brújula, así que aparezco en un collado donde relocalizo y rectifico mi ruta, él ha ido más recto y sin embargo llegamos al control casi a la vez. Terminamos nuestras respectivas postas muy cercanos.

   Al dar el relevo al tercer relevista, la sensación es de pesadumbre por la sombra que proyectan los más o menos 10 minutos perdidos sobre la impresión que queda en la cabeza de mi participación. Bueno, ahora toca cambiarse y comer un poco pronto porque por la tarde corremos el sprint.

Rec. Plas.

   Nos ha dado tiempo de sobra para comer un plato de paella, tomar unos vasos de kalimotxo e incluso ir al hotel a cambiar la equipación y descansar un buen rato antes de ir al colegio donde se realiza la concentración y que no dista mucho de nuestro alojamiento. El patio del colegio La Salle se convierte en un hervidero multicolor de participantes que calientan, se reúnen en círculos de tertulia, etc...

   Mi hora de salida es de las últimas, así que me toca esperar bastante tiempo de cuarentena. Después de charlar por aquí y por allá acerca del relevo de la mañana y otros temas, me pongo a leer algunas páginas de un periódico pasado de fecha, pero bueno, el tema de los artículos es bastante interesante y me entretengo. Ya va acercándose la hora y me vendo los tobillos para evitar sustos con algún tropezón, caliento dando unas vueltas al patio del colegio y ya me desprendo de algunas prendas antes de partir a la salida.

   Aunque no tenía buenas sensaciones en la cuarentena, resulta que en los instantes previos a la salida estoy super-concentrado con un adecuado nivel de stress. Comienzo el sprint y voy disfrutando como un cochino en un berzal con boletus al correr por un entorno urbano muy interesante. Al poco de empezar tengo el que interpreto como único error de la carrera al ir hacia el 4º control. Hubo un momento en el que cambié el plan que me había trazado, pasé junto a la salida, lo cual me desconcentró un poco y me planté en un lugar que no esperaba; afortunadamente no estaba lejos del control y para ir a él sólo tenía que bajar por una calle. Continúo sin problemas y con un buen ritmo y ya en el último control veo un estupendo pasillo hacia la meta formado por gente que anima y aplaude, así que me lanzo en un frenético sprint que me hace recordar mis tiempos en el atletismo. Termino la prueba contento aunque mi tiempo no es para tirar cohetes ya que no estoy ni en forma ni en peso.

 DÍA 4, domingo 8 de abril del 2012:

   Última jornada del CEO. Carrera en distancia media, la modalidad en la que había puesto más esperanzas de tener un buen resultado. El día aparece despejado y, a lo largo de la mañana, el sol y las altas temperaturas se imponen con fuerza. Yo salgo casi al mediodía y ya hace bastante calor, lo cual no me viene bien. El plano ha sido editado en la escala 1:7.500, como el del relevo, lo cual hace confiar en que se leerá todo bastante bien.

Media-mierda

   Mis compañeros han ido marchando hacia la salida poco a poco y ya es mi turno, así que me cambio tranquilamente al sol. Esta vez si que me coloco el gps o “chivato asqueroso” ya que pone en evidencia los errores cometidos sin piedad alguna.

   La salida es igual que el día de la larga y la zona del primer control también. Aquel día perdí algunos minutos de camino a la primera baliza, y hoy…también. ¿Cómo es posible? Pues si, no leía nada…de pronto veía una senda y la seguía a lo tonto, en fin, para no creer.

   Hago mejor el 2º y 3º control, pero el 4º se me atraganta porque no respeto el rumbo y porque no consigo leer el relieve que he de encontrar de camino al control. El abuso del cartógrafo de la curva auxiliar, la gran cantidad de detalles rocosos en la zona, y otros factores juegan en mi contra.

   Con fallos leves aquí y allá, con “la caló” pegando fuerte y con un desnivel mal repartido en pocas pero empinadas pendientes, veo que mi tiempo se aleja de los ansiados puestos que yo pretendía, así que no me exprimo sino que, al contrario, hago las subidas andando y maldiciendo. Sólo me animo y vuelvo a correr cuando veo que los últimos controles son más llanos y de bajada. La sensación final tras esta prueba es bastante negativa.

   En el pódium final por comunidades Castilla y León es quinta gracias, una vez más, a los buenos puestos de los más jóvenes. ¡Hala! Tira p´a casa que aquí ya está todo el “pescao” vendido y se lo han vuelto a llevar para Cataluña.

 CONCLUSIONES PERSONALES:

Lo primero dar la enhorabuena a la organización por el trabajo realizado, con sus más y sus menos, yo he percibido un campeonato bastante sólido, variado y con buenos detalles. No conocía Plasencia ni su entorno y la verdad es que me sorprendió gratamente. En cuanto al paraje escogido para las carreras, éste me pareció una buena elección. Para mi, lo más positivo fue el terreno del relevo y el sprint; lo menos positivo algunos criterios de la cartografía y tal vez, el trazado de la media distancia. Por otra parte muchos echamos en falta un lugar físico en el que consultar clasificaciones, si bien el poder hacerlo por internet en tiempo real fue un buen avance (sobre todo de cara al consumo de papel), pero no suficiente.

Los planos de Viktor Dobretsov ya son bastante conocidos y sus criterios un tanto polémicos en algunos casos, si bien hay que reconocerle su mérito y su arte. A mi juicio abusa demasiado de incluir curvas auxiliares y límites de vegetación que no aportan nada y que tienden a confundir al corredor. Bajo mi punto de vista trabajó bastante bien los elementos rocosos, pero no tanto la vegetación, tratada con un nivel de detalle exagerado en algunos casos e incluso fuera de norma en mi opinión. Por ejemplo: el dibujar varias matas de retama con una trama de árboles dispersos no está justificado, así como aplicar una trama de rayado denso en el caso de varios arbustos que no ralentizan en absoluto la velocidad de carrera. Como ya he mencionado era muy difícil encontrar los elementos de origen humano dibujados entre todos los elementos de roca.

¡Ah! Y si algún organizador hizo una promesa a la Virgen para que no lloviera durante la competición que la cumpla porque el cielo se portó bastante bien.

http://www.cdoviaplata.es/ceo2012.html

miércoles, 4 de abril de 2012

LO QUE NO SABEMOS DE ALGUNOS PLANOS.

  A menudo corremos en parajes cuya historia desconocemos y, por supuesto, cuando los visitamos practicando la orientación no nos interesan demasiado sus particularidades del pasado, igual que no nos paramos a coger setas o piñas…bueno, igual alguien si. A menudo nos resulta difícil de entender cómo era posible que gentes de otras épocas vivieran y trabajaran en términos hoy solitarios, pero así sucedía.

  Voy a comentar el caso del plano conocido como “Revenga” en el Sudeste burgalés y cuyo club depositario es el Tjalve, de Burgos.

  Esta comarca de la provincia de Burgos, conocida por la calidad de sus parajes para la práctica de nuestro deporte, fue refugio y zona de repoblación en época altomedieval para los cristianos que vivieron en villas del centro-Sur de España gobernadas por musulmanes. Muchas veces hemos oído hablar de la pacífica convivencia y tolerancia conocidas en muchas ciudades españolas en la Edad Media entre gentes de diferentes religiones (cristianos, musulmanes, judíos), y esto queda muy bien para los políticos, propensos a contarnos milongas, pero los historiadores nos dicen, sin embargo, que tal convivencia no era tan idílica. Como decía, muchos cristianos, conducidos por la protegida vía flanqueada de acantilados calizos que es el cañón del río Lobos, llegaban a una zona de intrincada geografía, clima severo y de vegetación espesa (por entonces la especie predominante en la zona no era el pino sino el roble, y no adehesado precisamente) en la que refugiarse de ataques del poder musulmán y en la que vivir sus creencias en libertad.

  La existencia de vestigios de poblados y abrigos utilizados por eremitas en los siglos IX y X es profusa. Y en la zona del monte comunero de Revenga concretamente existió un pequeño poblado cuyos habitantes vivían de la caza, la ganadería y de una agricultura muy pobre. El resto más conocido y visitado de este poblado es la zona que ocupó la primitiva y pequeña “iglesia”, hoy ya desaparecida, y que se encuentra en el yacimiento de la necrópolis de Revenga. Esta necrópolis ocupa un afloramiento de roca arenisca que está cuajado de tumbas antropomorfas; en su parte superior se hallaría una pequeña capilla y junto a ella una reducida pila bautismal labrada en la roca. Se dice también que en el afloramiento se hallan curiosas inscripciones y alguna icnita (moldes rellenos de las huellas de dinosaurios) aunque yo nunca he acertado a identificarlas.

  Hay, sin embargo, otro vestigio de suma importancia, ya que los restos de pequeñas ermitas rupestres habitadas por un reducido número de eremitas son muy numerosos, pero al hablar de los restos de “La Cerca”, incluidos en el citado plano, estamos hablando de un verdadero monasterio rupestre; o sea, un lugar, que valiéndose de los elementos del terreno (cuevas, cortados, etc.) conformaba un cenobio para una, anormalmente numerosa, comunidad religiosa de monjes cristianos.

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  Las condiciones de vida de estas gentes entregadas a la oración y a verdaderos sacrificios debían ser alucinantes desde nuestro punto de vista. Imaginemos una vida, casi a la intemperie, bebiendo agua de lluvia, comiendo dios sabe qué, etc.,; pero estamos hablando de una época en la que la espiritualidad y la dimensión religiosa del ser humano eran entendidas como un todo que condicionaba la existencia totalmente.

  Algunas líneas de pensamiento relacionan la naturaleza con el hábitat natural de aquellos gentiles que, renunciando a la palabra de Jesucristo, se empecinaban en mantener como divinidades al sol, la luna, algunos animales y otras manifestaciones de la naturaleza; sin embargo en lugares como La Cerca se puede comprobar cómo los cristianos más comprometidos eran capaces de convivir en comunión con el medio natural en toda su crudeza.

  A continuación paso a describir algunos de los restos observables más notables, si bien la mano del hombre, el ganado y otros elementos erosivos se van encargando poco a poco de que dichos restos vayan desapareciendo. Para evitar la degradación atribuible al ganado, doméstico o silvestre, se ha colocado una valla de madera que se puede ver en el plano de orientación.

  Observando el plano de la derecha, que se corresponde con el entorno del control 13 (en la Liga Norte de mayo del 2010 tenía un avituallamiento), y de izquierda a derecha, se encuentra en primer lugar un habitáculo (H-1) que presenta, tanto en la pared rocosa como en la parte superior de un gran bloque desprendido, unos orificios y acanaladuras en los que se insertaron vigas de madera que sustentaron una techumbre. Siguiendo la alta pared de roca arenisca hacia el Este se puede encontrar una covacha (H-2) en cuya entrada hay un sepulcro tallado y a la izquierda de éste una pileta labrada en la roca que recoge el agua aportada por unos canalillos artificiales. En las paredes de la misma abertura hay unas hornacinas y unos bajorrelieves geométricos. Los autores del plano del conjunto religioso-rupestre teorizan con que este lugar era utilizado para realizar bautismos. A la derecha de la covacha-baptisterio hay varios escalones excavados en la roca de una gran grieta y en la parte alta de ésta una hornacina antropomorfa que pudo contener alguna imagen o reliquia sagrada. En una de las entradas de esta grieta aparecen borrosos algunos signos de tipo ideográfico que han sido interpretados como algunos peces (representación de Cristo), algunos pájaros (podrían ser palomas) y algo parecido a un sol (recordemos que Cristo es una deidad solar, como antes lo fueron Mitra o Apolo).

  Al seguir bordeando el rocoso talud se encuentra un moderno muro de piedra, destinado a convertir este entorno en un corral de ganado. Junto a este muro se encuentra otro más primitivo y grueso, que tendría el mismo objetivo de cerramiento y que sin duda fue levantado por los monjes que allí habitaron. En el interior del recinto se pueden ver dos grandes bloques a izquierda y derecha. El primero (B1), junto a la pared, tiene una altura de cerca de 3 metros y próximo al nivel del suelo tiene horadados tres nichos a modo de altarcillos; en la parte superior se ven varios rebajes, posiblemente para el alojamiento de maderos. Sobre este primer bloque y a unos 4 metros sobre el nivel del suelo se aprecia inciso en la pared un profundo canalillo de varios metros de longitud, lo que hace suponer fue el acomodo del tejado del recinto. El bloque de la derecha (B2), de menor altura que el primero, tiene en el frente Norte varias hornacinas de diversos tamaños estando dispuestas de forma que hacen suponer que este bloque era el altar principal. Viene a abundar en esta teoría el hecho de que también se encuentra, bajo dichos nichos, una cruz incisa griega. En la cúspide de este altar aparecen nuevamente oquedades o cazoletas con gran profusión, que pudieron servir de recogida de agua, acomodo de vigas, o quizá se realizaron con intencionalidad religiosa. Además, en su lado Sureste, este bloque tiene varias escaleras perfectamente talladas en la roca, lo que hace pensar en un posible acceso a este recinto principal que pudo estar cubierto en su totalidad.

  Junto al bloque (B2) y formando una escuadra aparece otra gran piedra (B3) paralela a la pared del cortado y a la que se adhirió otro muro también moderno, que cierra en su totalidad este hábitat. En la parte superior del bloque 3 puede contemplarse un enterramiento muy erosionado y que sirvió para un adulto. El lado Norte del hábitat principal (H-3) corresponde a la entrada de una gran covacha de 3,5 metros de altura y profundidad de 9 metros. A la derecha de dicha cavidad puede verse una acanaladura incisa de unos 3 metros de longitud y que coincide con varias hornacinas situadas en la pared de enfrente, lo que induce a pensar en la existencia de una techumbre en el interior de la cueva. Bajo el mencionado canal se puede percibir un deformado y tosco arco de herradura grabado sobre la pared rocosa. A la derecha del mismo, excavado en un reducido saliente rocoso, se encuentra un nuevo sepulcro antropomorfo (E-3), el único que aparece en el interior de estas covachas. Sobre este sepulcro hay una bóveda circular labrada en la roca y su superficie interior está decorada por una serie de figuras geométricas tipo cazoletas de gran tamaño. Dichas cazoletas estarían decoradas con diferentes motivos geométricos. Entre la bóveda descrita y el sepulcro (E-3) queda un espacio donde puede contemplarse una gran cruz en relieve tallada en la roca, de brazos casi iguales y algo ensanchados en sus extremos.

  Fuera ya del recinto (H-3), a la derecha del enterramiento número 3 y al abrigo del cortado rocoso, se pueden observar dos enterramientos de adulto (E-4 y E-5) excavados en el suelo. Este parece ser el punto en que termina la excavación artificial, si bien a unos 200 metros hacia el Este se observa como termina el cortado y se ve una especie de portillejo con un camino empedrado que accede a la parte superior de La Cerca.

  Al volver hacia atrás, pero esta vez fuera de lo que es superficie más o menos plana, se ven pronto tres tumbas de niño horadadas en el suelo que rodean una pileta o pocito circular, también excavada. Más al Sudoeste a escasos metros puede verse un nuevo enterramiento antropomorfo de adulto (E-6), cuya principal característica es un canalillo que lo bordea longitudinalmente, casi con toda seguridad para desviar e impedir la entrada de agua en su interior. Tiene junto a la cabeza una cazoleta rectangular pequeña y poco profunda; no se conoce su finalidad.

  Unos 5 metros al Sur, en otro de los bloques diseminados, aparecen juntos otros dos enterramientos (E-8 y 9), sin especiales características y con la oquedad de la cabeza en forma cuadrada. Un último enterramiento, también de adulto (E-7), excavado en un bloque aislado tiene la cabeza ligeramente ladeada al lado izquierdo y a sus pies, se ve una oquedad pequeña como la que en otro caso aparecía a la cabeza.

  Por último, y para finalizar esta descripción de los restos del vetusto monasterio, hay que destacar la existencia en la meseta superior del conjunto y al borde del talud, de una gran piscina circular, tallada en la roca, que sirvió para recoger agua de lluvia. De esta piscina  parten diversos canalillos, también excavados en el suelo y que distribuyen el agua a distintas estancias.

  Información obtenida de la obra: Temas burgaleses. Monjes y eremitas, santuarios de roca del sureste de Burgos. Autor: Elías Rubio Marcos. Publicado por la Excma. Diputación de Burgos en 1986.