Comienzo de la Liga Norte 2013. Y comienzo a lo grande, haciendo honor al sobrenombre de la Liga Bárbara. Este sobrenombre se ha justificado en ocasiones por los trazados, largos y con mucho desnivel, pero en esta ocasión los trazados eran buenos, no tan buena era la capa de nieve que tapizaba el entorno de Gibijo. En la zona utilizada en la carrera del sábado la nieve no supuso un gran problema, o al menos así lo recuerdo yo, sin embargo el domingo la cosa cambió a peor. Si, es cierto que había zonas en las que no te hundías, pero eran la excepción; la mayor parte del recorrido la capa de nieve tenía un espesor de entre 30 y 40 cm. que hacía la tarea de andar harto penosa.
Avanzar era tan complicado que ya no sabías qué hacer: ¿Seguir las pisadas de otros? ¿Avanzar como si llevaras mopas para no rayar el parquet? ¿Ir a saltos en plan ciervo? Lo probamos todo. A veces se seguían rastros de jabalíes y otros animales y te decías a ti mismo “debo ir bien porque estos bichos saben lo que se hacen, seguro que van por donde menos les cuesta desplazarse”. En muchas ocasiones se condicionaba la ruta para llegar cuanto antes a un camino o senda pero tampoco era garantía de nada.
De todos modos, nadie debe llamarse a engaño, todos sabíamos más o menos lo que nos podíamos encontrar; la competición estuvo a punto de anularse por la nieve que, sólo cuatro días antes, bloqueaba incluso las vías de comunicación más importantes de la zona. Finalmente la organización decidió ir adelante ya que la capa de nieve se reducía día a día, no suponiendo en principio un factor de riesgo; además el tiempo, como finalmente así fue, se predijo anticiclónico con lo cual se iban a dar unas buenas condiciones para disfrutar de unas carreras razonablemente correctas.
Al margen de la carrera, el paisaje de la zona a mi me retrotraía a mi niñez: Prados limitados con vallas y setos, bosques de hayas, robles y coníferas, perfiles de sierras kársticas en la lejanía, el macizo nevado del Gorbea, los pueblos con su arquitectura mezclando lo tradicional y lo moderno, etc.. El lema turístico de la zona reza: “Paisajes de película”, y así lo parecen, desde luego.
Fotos de la zona: https://plus.google.com/photos/111930884965373808464/albums#photos/111930884965373808464/albums/5846771862056131329
En esta prueba se utilizó el sistema de baliza “start” (un anglicismo más, ¿qué le vamos a hacer?) que por una parte te da la tranquilidad de no salir con retraso pero por otra te jode todo el protocolo previo a la salida con tu calentamiento físico, tu activación, tu calentamiento mental, etc.. A mi me vino bien porque no había mucha gente en mi fila, el sábado fue llegar y besar el santo y el domingo sólo había un H-20 cuando llegué a la salida.
El sábado lucía el sol y la temperatura era agradable, así que se vieron camisetas de manga corta. En la zona de carrera prevalece el terreno abierto, donde la nieve ha desaparecido con celeridad en los días pasados. La prueba comienza tarde y se prepara como una distancia intermedia, sin embargo la presencia de nieve hace que los tiempos de los ganadores sumen minutos. Yo hago una carrera muy segura, como en Portugal, y me quito sólo unos tres minutillos en total. A pesar de la capa blanca los elementos eran reconocibles así que este factor no añadió dificultad, más bien la redujo ya que al no poder correr tanto se podía leer más e ir identificando la posición con alta precisión.
El domingo también salió soleado pero corría una brisa bastante fría así que se vieron más mangas largas y otras prendas de abrigo. La meta se situó más al Sur con la intención de desplazar todos los trazados hacia zonas más exigentes técnicamente pero también con más nieve. Muchas categorías presentaban trazados con puntos largos, éstos, unidos a la dificultad para avanzar pusieron a prueba la voluntad de muchos/as participantes. Los pies helados y la sensación de vivir un mal sueño de esos en los que corres pero no te mueves convirtió la carrera en una de esas actividades teñidas de un cierto sentido épico que se magnifica en el momento en que lo vives pero que va perdiendo su sentido cuando ya estás cambiado y calentito en el coche. Aún así estoy seguro que esta va a ser una de esas carreras que se va a recordar durante mucho tiempo y que va a ser tomada como referencia y ejemplo de prueba dura. Mi carrera volvió a ser muy limpia, fallé muy poquito y me quito también sólo unos 3 minutos…nieve aparte, sin embargo mi tiempo se alejó bastante del de los primeros clasificados que, sin duda, supieron moverse con más agilidad a través del manto blanco.
Tras la competición pude comprobar el descontento de algunos participantes que mencionaron incluso el hecho de anular la jornada del domingo de cara a la clasificación y puntuación para el ranking. Personalmente creo que la decisión de la organización fue correcta a la hora de que se celebrase la prueba. La infraestructura y cuidado al participante no se diferenciaba de la de una Liga Nacional. Por citar un detalle, el avituallamiento en meta estaba muy por encima de la media. Otras condiciones como altas temperaturas, lluvia y cierto viento, etc., no han supuesto la anulación de otras competiciones y hay que tener en cuenta que, en general, son iguales para todos. Sin embargo si tengo que dar la razón a quienes piensan que estas experiencias pueden hacer que algunos participantes con poca experiencia en nuestro deporte lo abandonen o se hagan una idea equivocada pensando que se trata de una actividad en la que en el binomio deporte-aventura prevalece esta última. Bajo mi punto de vista yo no contemplo la anulación y creo no ser sospechoso de beneficiarme de una buena clasificación, pero si creo que la postura más lógica por parte de la organización hubiera sido recortar (verbo muy de moda últimamente) los trazados quitando algunos controles en cada categoría. Si, es cierto que puede ser un factor de pérdida de concentración para algunos, pero hubiera sido un alivio para todos.
Enlace de la prueba: http://www.cobidea.com/pruebas/xii-bizkaia-saria-xix-trofeo-san-prudencio-1
Mi sensación del fin de semana en general fue muy positiva y terminó con el remate de una alubiada para recuperar fuerzas en un caserío de Izarra. ¡¡¡ Madre del amor hermoso !!! Me puse como “el tenazas”. Mi conclusión final es que quienes practicamos la orientación somos muy afortunados porque podemos disfrutar de las carreras no sólo mientras las disputamos sino también después ya que un análisis posterior es obligado para aprender como corredor y como organizador. Ahora viene para mi un largo periodo sin poder participar, pero hay muchas carreras por organizar, recorridos por probar, trazados por definir, planos por retocar… esto es un no parar.
Por cierto, Campeonato de Castilla y León de Orientación a Pie 2013 en Gumiel de Izán el 16 y 17 de marzo.
http://orientacioncyl2013.blogspot.com.es/ ¡¡¡ NO OS LO PERDAIS !!!