miércoles, 25 de junio de 2008

Consejillos para la Maratón-O en Aralar


He aqui unos consejillos para las pruebas de Maratón-O en la Sierra de Aralar:

- No te preocupes si tu material no es todo lo ligero o compacto que desearías, en un terreno tan técnico el cargar con un kilo o dos de más no es decisivo en las clasificaciones.
- No intentes dibujar los puntos de control en carrera si no tienes soltura y experiencia, si dibujas un solo punto mal y lo das por bueno, puedes perder mucho tiempo. Yo prefiero dibujar todos los controles al principio y buscar una plataforma rígida para ello es mejor que hacerlo en el suelo; algún coche o furgoneta cercano te pueden venir bien.
- Simplifica la lectura del plano, no intentes leer un plano en 1/20.000 como uno en 1/10.000. Evita a toda costa las zonas de lapiaz, a veces puedes encontrar pasillos o la zona no es tan dura como parece, pero si te arriesgas a probar y te equivocas te puede costar caro, y no sólo en tiempo, las caidas pueden tener consecuencias nefastas.
- La orientación en las praderas es sencilla pero aún así lee bien las curvas de nivel para evitar subidas y bajadas innecesarias, asegúrate de ver si las curvas concéntricas son depresiones o cotas, evita el barro y los arbustos en la medida de lo posible.
- Hay que "entender" al cartógrafo lo más rápidamente posible: Familiarízate con el tamaño de los elementos para saber cúales se han dibujado y cúales no; aunque parezca que un camino termina al pasar de una zona naranja a otra blanca ( de pradera a bosque ) no tiene porque ser así, simplemente el cartógrafo no podía ver el trazado en la foto aérea, por eso no lo ha dibujado pero te llevarás una grata sorpresa al ver que el camino continúa debajo de las copas de las hayas; los límites de vegetación a menudo están asociados a vallas y seguirlas puede ser útil; que el rayado verde que representa arbustos no te asuste, se suele pasar bien, no así los verdes, huye de ellos como de la peste; igual ves más ruinas ( círculo negro ) que las que ves dibujadas en el plano, échale imaginación y piensa que las que tengan el contorno más oscuro y desdibujado no se ven bien en la foto aérea y por lo tanto igual no se han dibujado.
Bueno, estos son algunos consejos que a mi me han venido bien las dos veces que he competido en Aralar, pero sobre todo hay que decir que el paisaje es espectacular, la orientación muy técnica y que, aunque a veces se sufra un poco, merece la pena pasar algunas penúrias con tal de disfrutar de una prueba preparada con mucho cariño en un sitio excepcional.

sábado, 21 de junio de 2008

Otra vez en Aralar

Volver a un sitio mágico.
Volver a caminar por la Sierra de Aralar no cuesta demasiado. No importa el barro, las pendientes, el afilado lapiaz o las simas que, como trampas de una hormiga león, parecen estar esperando a que algún excursionista despistado se adentre en ellas para acabar devorándolo en el fondo de un embudo de caliza tapizado con musgo, helechos y ortigas.
No cuesta volver cuando tras patear hayedos y prados puedes tumbarte sobre la hierba de la gran depresión en la que pacen y pueden beber vacas con la piel del color de la madera de pino albar y caballos curiosos acompañados del tintineo rudo de sus cencerros.
Junto a lo que se adivina como lo que algún día fuera un refugio de pastores, se puede ver la línea diagonal del bosque, en el que por la noche se oirá la voz de alguna rapaz nocturna que acecha a lirones y ratoncillos en febril actividad vespertina.
Jugando con la imaginación, se pueden ver criaturas milenarias surgiendo lentamente de las grietas de la tierra. Los basajaun del País Vasco y Navarra, musgosos en Cantabria y busgayus de Asturias. Los señores del bosque, aquellos que enseñaron a los hombres tantas cosas, aquellos que no podían mentir y que al nacer Jesucristo se sepultaron bajo el dolmen de Gentilarri.
Y sobre todo, aquellos que sabían que el centro de la Tierra estaba en cualquier lugar, es decir que no hay un lugar más importante que otro. El centro de la Tierra no es New York, Paris, Londres, Pekin o Benidorm; el centro de la Tierra es cualquier lugar en el que nos podamos encontrar y eso significa mucho... dadle vueltas a esta idea.
Pasaron los tiempos de hacer vallados con ramas de fresno, de que la vida gire en torno al ganado, de los prados de verano, del queso, de ver un cuenco para la leche en un tronco. Pasaron los tiempos de las leyendas, el catolicismo fagocitó a todas las creencias en seres fantásticos que poblaban los bosques, los arroyos, las rocas ... las viejas ceremonias acordes a los cambios y fases de la naturaleza apenas se recuerdan.
Hoy es tiempo de alambre de espino, de hacer vida en torno al televisor, de centros comerciales y de innumerables objetos de plástico. Muchos sienten un vacío en su interior, ¿ cómo no sentirlo si le dan la espalda a su madre ? De todos los siglos que el ser humano habita la Tierra, sólo en los últimos años se da el caso de personas que pueden vivir sin acercarse en toda su vida a la naturaleza. No quieren mirar a la cara a su madre, como si no quisieran reconocer su procedencia, como si no quisieran sentirse en deuda por la vida que se les ha brindado.
Conocer la naturaleza, visitarla, es acabar por quererla, asi que salid al campo pero no sólo para hacer deporte, hacedlo como tributo, como ceremonia, hacedlo para conocer a sus gentes, sus frutos, soportad las inclemencias del tiempo recordando que cualquier sitio en el que esteis es el centro, no ya de la Tierra sino del Universo entero ( asi que no lo ensucieis ).