miércoles, 24 de noviembre de 2010

HISTORIA DE LOS PLANOS DE ORIENTACIÓN


El húngaro Lázsló Zentai ha elaborado un, muy interesante y muy bien ilustrado, documento en .pdf con la historia de la cartografía en el deporte de la orientación. Disfrutadlo:


lazarus.elte.hu/mc/9icom/lz.pdf


En la imagen, el mítico primer plano de orientación a pie que Knut Valstad estrenó en 1950.

viernes, 19 de noviembre de 2010

HORAS BAJAS


No paso por un buen momento respecto a la orientación. Desde hace años pensaba que me convertiría en un fiel aficionado volcado en cualquiera de sus facetas (competición, organización, cartografía, trazados, etc), como alguno de esos guiris con los que coincidía en algunas carreras en el extranjero o incluso en algunas ligas nacionales de aquí. Pero no es así.
Por una parte está la falta de ilusión por competir: Con el trabajo que tengo me toca trabajar muchos fines de semana, y el año que viene se presenta peor que todos los anteriores. Contínuamente me pierdo competiciones a las que me gustaría acudir, pero, por una parte, esta falta de motivación retroalimenta mi negativa disposición a entrenar; y por otra, el haberme perdido tantas citas está haciendo que me acostumbre a esta situación.
Este año he competido en muy pocas carreras, y ni el haber viajado a Irlanda, ni el haber rellenado algún hueco con la orientación en bici de montaña, ni mi victoria en la Liga Norte de Legutiano, ni el estreno del plano de Valonsadero en el EYOC y el campeonato regional consiguen rellenar este hueco que no puedo cerrar. Además, entre una carrera y otra pasan a veces muchas semanas.
Ya llevo todo este año que apenas he realizado trabajo de campo cartográfico. Me limito a trabajar delante del ordenador, aburrido y monótono. Tengo un montón de proyectos aparcados, esperando mejores tiempos.
Ya no tengo “mono” cuando paso dos días sin ir al bosque, he perdido el gusto por estar en el monte, entrenar se me antoja una acción absurda tanto en cuento pienso que no voy a darle la continuidad y constancia que sería deseable.
Poco a poco he ido haciéndome con más y mejores prendas para entrenar y competir, que si gps, que si tal que si cual, pero nada.
A veces juego/entreno con el CatchingFeatures, pero incluso esto me aburre si el plano no es realmente desafiante.
Mis referentes personales en el ambiente de la orientación también han cambiado, vienen unos y otros se van. Todos cambiamos.

Vamos de camino hacia el invierno y me dirijo hacia un túnel que no sé si tendrá salida. Creo que no importa ya el que pueda acudir a tal o cual carrera, curso o concentración que eventualmente pudiera relanzar mis ganas; si no tengo interés por salir al bosque en el día a día yo creo que poco o nada puede animarme. ¿Será la crisis de los cuarenta?,¿Me habré converido sin darme cuenta en una vaca sagrada? J
Ojalá en otra entrada a este blog pueda decir que vuelvo a disfrutar, no ya de la orientación, sino de la propia naturaleza tanto como antes. Que así sea.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

LIGA NORTE EN BLANCO


En estos tiempos, y en todos los que han corrido y probablemente correrán, es importante tener una personalidad sólida, un criterio acorde a la misma y un carácter que sea el reflejo de ésta.
El hombre (y la mujer) es un animal social y en numerosas ocasiones nuestra personalidad da muestras de flaqueza ante la presión del grupo. La consecuencia puede ser que nuestro criterio se muestre errático y dubitativo y nuestro carácter se vea alterado por la lucha interna que enfrenta a aquello que queremos hacer contra lo que se supone que deberíamos hacer.
Enfrentarse a los elementos es digno de personas con un carácter fuerte y una firme determinación, pero no lo es menos enfrentarse a la postura unánime de un determinado grupo social y, en consecuencia, ser blanco de críticas y de términos malsonantes cuando no insultantes directamente.
El otro día tomé una decisión que mantuve hasta el final a pesar de que sabía que no sería bien recibida entre la gente que me rodeaba: Después de levantarme temprano y hacer un viaje bastante largo, decidí no competir en la carrera de Liga Norte que organizaba el club CRON en Lumbreras, al Sur de la Rioja.
Lo de madrugar no es importante para mí, trabajo en un sistema de turnos y cuando lo hago en turno de mañana he de levantarme a las cinco de la mañana...; lo del viaje tampoco es de importancia superlativa, aunque influía el que yo no era el conductor; nunca he practicado la orientación para ganar a fulano o a mengano y lo del ranking a veces supone una motivación pero nunca me ha quitado el sueño, entre otras cosas porque mi asistencia a las carreras está muy condicionada por mi calendario laboral. Así pues está claro que soy un orientador que se deja llevar por sus propias sensaciones (pobre de aquel que no practique la orientación desde un deseo interno) más que por condicionantes de corte, digamos, social; por eso antes de salir a competir escucho mi interior y analizo varias circunstancias: ¿He entrenado para acudir a esta prueba con garantías de no tener que recurrir a una táctica de supervivencia pura y dura? ¿Llevo tiempo sin competir y me comería el bosque a bocados? ¿Tengo algún presentimiento, sea éste positivo o negativo?
Otros condicionantes son la propia prueba, si el plano es nuevo o no, en qué grupo me veo integrado, etc, etc...
En resumen, me gustaría reclamar para mi y mis decisiones un poco más de respeto ya que yo respeté al resto de personas que si decidieron competir a pesar del mal tiempo. En ningún momento me dirigí a nadie diciendo: “Eres un suicida que no aprecia su salud” o “Si te lesionas o enfermas te estará bien empleado” o “Piensas más en el triunfo o en el ranking que en tu seguridad, eres un orgulloso con titulitis” o “Tienes menos ganas de correr que yo pero temes ser criticado” u “Obedeces al líder de tu equipo como un zombie”, etc...
A estas alturas de la película no creo que tenga que demostrar nada a nadie. En la orientación he visto muchas cosas que bajo mi criterio son mucho peores y más reprobables que el no salir a correr por que haga mal tiempo, lo cual en este caso no perjudica a nadie sino a mi mismo, así que antes de recriminar mi decisión yo invitaría a los más críticos a que reflexionaran un poco, que si hablamos de marqueses y lesionados crónicos se me ocurren varios nombres.

ORIENBIKE EN MONTEARANDA


Lo prometido es deuda y hace tiempo me comprometí a organizar una carrera de orientación con bici de montaña para algunos aficionados que trabajan conmigo.
Evidentemente lo que si iba a intentar es acercar a estos aficionados al mundo de la orientación normalizada a nivel mundial, con un plano adaptado a las normas IOF, etc, etc...
La cita por fín tuvo lugar el viernes 5 de noviembre. El día anterior tuve que poner balizas, trozos de cinta de plástico en realidad, hasta bien entrada la noche. Gracias al frontal que compré hace un año esta tarea se convirtió en una aventura nocturna de lo más gratificante y entretenida.
Ya el viernes por la mañana y antes de la salida puse cinco controles más en condiciones de niebla y pasando revista a los corzos del monte que, a esas horas, andaban agrupados y por espacios abiertos.
La gente fue llegando y cuando ya estabamos todos expliqué el funcionamiento de la prueba que consistió en un sector con salida masiva y diez controles de orden libre y otro sector con salida escalonada y trece controles de orden obligatorio en línea.
Tras la grata sorpresa que me llevé en Navas del Pinar el pasado agosto, llegando a la conclusión de que las personas con pocos conocimientos cogen al vuelo los conceptos básicos para encarar el reto de una carrera, esta vez no fue así, y los participantes tardaron más tiempo del que yo había previsto para acabar el sector del “score”. Tal fue la hecatombe que fueron varios los que volvieron a la meta sin todos los controles picados y que no iniciaron el sector en línea.
Sin embargo a otros se les dio mejor, no cejaron en el empeño de encontrar todos los controles y luego se lanzaron a iniciar el segundo sector. Finalmente de todos los participantes sólo acabaron la carrera con todos los controles dos de ellos, mientras otros cuatro abandonaron por diversos motivos, básicamente agotamiento y por la hora que era. El resto no inició la segunda parte de la prueba.
Al final, la competición que yo había previsto como un entretenimiento que pudiera durar unas tres horas se convirtió en una prueba de resistencia con un nivel técnico demasiado alto para estos corredores en particular.
Me disculpé y prometí que si en lo sucesivo organizaba alguna carrera más de este tipo bajaría tanto el nivel técnico como físico.
Por lo demás la gente me comentó que lo había pasado bien porque esto de la orientación era muy entretenido y divertido. Espero que esta experiencia no les quite las ganas de repetir.