martes, 5 de agosto de 2014

ORIENTACIÓN Y ENFERMEDAD, 2. LA ENFERMEDAD DE LYME.

   La enfermedad de Lyme o Lyme-Borreliosis es conocida como enfermedad con entidad propia desde finales de los setenta. Fue Allan Steere quien la describió en primer lugar como “Lyme-artritis”, y fue Willy Burgdorfer en 1981 quien la identificó como una infección bacteriana (Borrelia burrBorrelis burgdorferi) transmitida por las garrapatas (Ixodes ricinus). La manifestación clínica clásica se caracteriza por una marca en la piel que emerge a los pocos días de haberse dado la picadura de la garrapata (Erythema migrans, que se desarrolla como una marca roja con forma de anillo). Aunque no se trate, el erythema migrans puede desaparecer, pero de semanas a meses más tarde se pueden dar manifestaciones reumatológicas como la artritis, o el paciente puede sufrir problemas en su sistema nervioso tales como la inflamación de las raíces nerviosas o meningoencefalitis, y raramente arritmia cardíaca. Si se aplica un tratamiento con antibióticos tras la aparición del erythema migrans se puede eliminar, o al menos reducir, la posibilidad de que se presenten posteriormente complicaciones con síntomas reumatológicos crónicos o manifestaciones neurológicas. La artritis sufrida en estos casos es generalmente oligoarticular y recurrente, pudiendo devenir crónica y erosiva; afecta sobre todo a las articulaciones de la rodilla.

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   Sin embargo, el haber sufrido una o varias picaduras de garrapata no implica el haber sido infectado/a ni el tener que sufrir los efectos de la infección necesariamente. En primer lugar hay que tener en cuenta el que no todas las garrapatas son huéspedes de la bacteria borrelia; por ejemplo, hace dos décadas se estimaba que sólo del 5 al 30% de las garrapatas de Suiza podían transmitir dicha bacteria. Geográficamente, la enfermedad parece tener una distribución amplia y constante por toda Europa, sin embargo, en los Estados Unidos la enfermedad parece confinada a tres zonas específicas (Costa Noreste, MedioOeste y California). Por otra parte, hay que tener en cuenta el que los porcentajes de anticuerpos específicos en sangre de individuos incluidos en un grupo de riesgo como somos los practicantes habituales de la orientación son altos en comparación con otros individuos. No obstante, la existencia de anticuerpos no implica el no desarrollar síntomas de la enfermedad de Lyme.

lazo verde

   Otra variable a tener en cuenta es el cambio que se puede dar en la población de garrapatas y en la proliferación de bacterias año tras año. Y otra es la “fuerza de atracción” individual a la picadura de la garrapata. Algunos estudios citan el que los individuos que no fijan el zinc en el organismo (oligoelemento metálico) son más propensos a sufrir estas picaduras. ¿Se puede dar esta enfermedad en España? Por supuesto. Y es conveniente saber que las garrapatas aparecen con más frecuencia en ecosistemas húmedos con temperatura suave y frecuentados por animales, tanto silvestres (ciervos, corzos, etc.) como domésticos (vacas, ovejas, etc.); y que suelen esperar a estos ocultas en la vegetación  herbácea más densa.

   ¿Qué acciones preventivas se pueden tomar para evitar esta enfermedad? En primer lugar elegir una equipación adecuada que cubra toda la superficie de la piel en piernas y tronco, al menos. Además, si somos propensos a sufrir las picaduras de las garrapatas, es conveniente el uso de algún repelente específico o de alguno genérico para insectos. También deberíamos acostumbrarnos a un protocolo de búsqueda de picaduras por toda la superficie de la piel, en especial en aquellas partes del cuerpo en las que la piel es más fina (reverso de codos y rodillas, zona genital, etc.). Y no debemos descartar la idea de llevar a carreras y entrenamientos un pequeño botiquín que incluya unas pinzas adecuadas para sacar las garrapatas que pretendan introducirse bajo la piel. Esta operación ha de realizarse con sumo cuidado ya que hay que asegurarse de que no dejamos dentro la cabeza del parásito.

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   ¿Cuándo debemos pensar que hemos sido infectados y ponernos en manos de un doctor? Si detectamos en alguna parte de nuestra superficie cutánea un erythema migrans, (recuérdese, un anillo rojizo) y más si, tras la picadura, sufrimos síntomas similares a los de una gripe (fiebre, dolor de cabeza, malestar) es muy probable el que se tenga que iniciar un tratamiento con antibióticos. Recuerdo que no es cuestión de dejarse llevar por pensamientos hipocondriacos y paranoides sino de hacer acopio de información acerca de las enfermedades que nos pueden aquejar para poder prevenir y actuar en caso de contagio.

  Enlaces de interés:

https://www.facebook.com/carla.guillenescriba.9?hc_location=friend_browser&fref=pymk  Enlaces de interés a través de una afectada que muchos conocéis.

http://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_de_Lyme

http://www.aldf.com/pdf/Enfermedad_de_Lyme.pdf

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