martes, 1 de noviembre de 2011

¡¡¡MAKAGÜEN LAS PUTAS JALAS!!!

   Varios clubes de la comunidad madrileña se unieron para organizar el XXIV Trofeo Internacional Martin Kronlund. El bosque elegido para la prueba ha sido la Casa de Campo. La elección de este terreno no ha levantado mucha controversia, si bien es cierto que hay muchos corredores/as que ya contaban con vasta experiencia corriendo en este lugar. Yo mismo corrí una Liga de Madrid el 18 de enero del 2003; ya ha llovido.

   La verdad es que yo no percibí la nutrida asistencia de participantes extranjeros que tradicionalmente se daba cuando esta competición se celebraba a mediados de marzo, pero bueno, supongo que les venía mejor visitarnos por esas fechas en las que el frío y la nieve todavía no se habían retirado en latitudes más septentrionales. El buen tiempo que se empeña en no abandonarnos, al menos en las mesetas, nos ha regalado un soleado fin de semana, y la verdad es que yo personalmente lo he agradecido mucho, ya que no estoy en una de esas fases en las que las adversidades me importen poco.

   Los planos utilizados han sido recientemente revisados y trabajados más en detalle en comparación a pasadas ediciones. El sábado 29 se disputaba la distancia larga y el domingo 30 la media. La participación fue bastante alta debido seguramente a varios factores como es la localización geográfica, lo emblemático del terreno en la historia de la orientación en España, la previsión de buen tiempo, el que era la última Liga Nacional por este año, etc…

   Yo fui sin ninguna pretensión más que el de no dejar de competir, probarme física y técnicamente y poco más. Eso hizo que saliera tranquilo, ni siquiera tenía el propósito de no fallar, sólo quería practicar la orientación disfrutando pero… ¡Oh maldición! No imaginé que el calzado elegido para esta prueba fuera tan mala opción que llegara a causar mi retirada de las carreras los dos días. Me llevé las JALAS con tobillera articulada y resultó que me hicieron unas ampollas en los talones de dimensiones impresionantes. En la larga hicieron que me retirara en la 9ª baliza, dejando sin picar la 10, 11 y 12; el regreso a meta lo hice visitando los controles restantes. Yo pensé que al día siguiente tras curar las heridas y ponerme unos “compeed” la cosa se arreglaría lo suficiente como para poder terminar una carrera en distancia media, pero me equivoqué. Salí a por todas, e hice los primeros 5 controles a tope pero poco a poco iba sintiendo más molestias y dolor hasta que, una vez más, decidí dejar la carrera y volver a la meta. Así pues, pasé de la baliza 5 a la 15 y terminé la carrera a partir de esta.

   El sentimiento de frustración e impotencia llegó a enfadarme por algún momento, menos mal que este fue también un buen fin de semana desde un punto de vista gastronómico y, ya se sabe que, con la tripa bien cuidada las penas se llevan mucho mejor. Así que, una vez más, me tocó perder para aprender y darme cuenta que una buena elección del equipo es fundamental para encarar una competición con garantías.

Casa Campo 1 001  Casa Campo 2 001

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