domingo, 3 de junio de 2012

COMPARATIVA ORIENTACIÓN-VIDA

   Esta es una entrada con una temática un tanto compleja, más relacionada con la filosofía que con lo que es la orientación deportiva más pura. Sin embargo puede que resulte de interés para alguien por eso la pongo negro sobre blanco con el propósito de compartirla.

    Bajo mi punto de vista una carrera de orientación clásica es comparable con la vida de un ser humano normal y corriente.

   En una carrera, como en la vida, nos planteamos metas parciales dentro de un gran objetivo. En la vida el gran objetivo puede ser hacer que ésta sea útil, productiva, satisfactoria, feliz, o simplemente vivirla lo mejor que podamos y las metas parciales pueden ser variadas, desde conseguir comprar algo, terminar unos estudios universitarios, formar una familia, culminar con éxito un proyecto laboral, etc, etc...

   En una carrera de orientación el gran objetivo puede ser ganar, conseguir un buen puesto, pero en general será hacerlo lo mejor posible. Las metas parciales serán cada uno de los controles por los que tenemos que pasar y que a su vez pueden subdividirse técnicamente en otras metas parciales, igual que lo que nos proponemos conseguir en la vida.

   Hay vidas que se ven truncadas por mil razones: un accidente, una enfermedad, etc... Igualmente en una carrera podemos sufrir diversos reveses (una lesión, un despiste por falta de concentración, etc…) que nos obliguen a abandonar la competición.

   Si utilizamos la curva de Gauss como gráfica para representar la dificultad que tienen los diversos controles a lo largo de una carrera obtendríamos algo así: Imaginemos una carrera con veinte controles. Los controles se ponen en orden en el eje horizontal y en el eje vertical se coloca la dificultad físico-técnica en un orden creciente, graduando la dificultad de 1 a 10, por ejemplo.

Gráfica ideal

   Así vemos cómo al principio de la carrera el trazado propone controles bastante sencillos pero que van aumentando su dificultad poco a poco hasta que, a mitad de carrera, se alcanza un pico en el que los controles son más exigentes física y técnicamente. Posteriormente los controles van disminuyendo su dificultad ya que el trazador sabe que nuestro rendimiento va mermando a todos los niveles. Esta es, por supuesto, una situación ideal que no se da nunca, pero nos vale como aproximación. La curva de una carrera real tendría un aspecto bastante diferente, dando lugar a una curva más irregular, en plan dientes de sierra.

  ¿Que pasaría si con la misma gráfica colocamos en el eje horizontal los años de vida (de 5 en 5 para abreviar) y en el vertical la dificultad de la existencia (también de 1 a 10)? Pues vemos cómo tras el nacimiento la cosa es “sencilla” porque todo es cariño y atenciones por parte de nuestros progenitores, aunque paulatinamente la cosa va empeorando. Cada vez se nos exige más, afrontamos proyectos más ambiciosos, etc.. Sin embargo, cumplida nuestra madurez y encaminándonos a la senectud vamos emprendiendo menos proyectos o afrontándolos con la sabiduría que da la experiencia, hasta que al final las cosas son más fáciles ya que nuestro tiempo se centra en pocas actividades, bien por carencias físicas, bien por hastío, etc..

Grafica comparativaVeamos ahora la gráfica de una carrera “real” aunque ficticia y su interpretación si la comparamos con una vida humana. Podemos imaginar, por ejemplo, un primer punto largo (más de 800 metros), con elección de ruta, sin línea de parada y teniendo que salvar un terreno abrupto con arbustos. La equivalencia a una vida humana sería una infancia ( 0-5 años) difícil, tal vez por problemas de salud, malas condiciones socio-económicas de la familia, etc.. Los dos siguientes controles tienen una dificultad moderada, pero al llegar al cuarto control la dificultad experimenta un repunte; lo cual equivaldría a una adolescencia y primera juventud con problemas como podrían ser dificultades en los estudios, falta de autoestima, problemas con la justicia, etc.. Y así, en fin, el resto de los controles.

  De alguna manera se podría concluir que a lo largo de nuestra existencia, nuestra vida es una entidad de naturaleza fractal, en la que a diferentes escalas temporales se repite una y otra vez la misma estructura. Dicha estructura de comportamiento llevada a su máxima simplicidad comprende tres factores:

- Definir un punto de partida (SALIDA), es decir, tener claro dónde estamos, cual es nuestra situación, nuestros recursos, etc..

- Definir un punto de llegada (META), o sea, un fin, un objetivo, dónde queremos llegar, qué queremos conseguir, etc..

- Y claro está (PROCESO), definir de qué modo vamos a unir el punto de partida y el de llegada. Aunque parezca que este sea el proceso fundamental los dos primeros son también importantísimos ya que, sin ellos, no vale de nada trazar un plan. Afortunadamente en las carreras de orientación esto nos lo suelen poner fácil, ¿o no?, ¿ qué pasa cuando la carrera es en orden libre, como un “score”? Todos sabemos que decidir por nosotros mismos un orden en el que elegir el punto de salida y de llegada suele ser más complicado.

  Esquema del proceso básico y reiterativo:  SALIDA –>PROCESO –> META  ( S->P->M ).

  Así pues, como conclusión, podría denominarse como el “juego de la vida” a una carrera de orientación clásica con un orden impuesto de controles ya que concentra y se convierte en una especie de alegoría de la misma y en el que el citado proceso básico (S-P-M), que se repite y superpone una vez tras otra, se presenta de un modo más claro y evidente que en otras actividades humanas.

  ¿Puede la orientación ser útil para mejorar en otros aspectos de la vida? Por supuesto, puede mejorar nuestra autoestima al darnos cuenta de que somos capaces de realizar tareas complejas que implican varios procesos mentales a la vez que realizamos un esfuerzo físico, también puede ayudarnos a planificar y llevar a cabo ciertas tareas de un modo más eficaz, puede ayudarnos a relativizar y aprender de nuestros fracasos y valorar en su justa medida los aciertos, etc..Por otra parte, ¿puede nuestra forma de vivir influir e incluso determinar nuestra forma de practicar la orientación? Yo creo que la respuesta es evidentemente afirmativa, y es que éste es un camino de doble sentido; la orientación influye en la vida y la vida en la orientación.

  Tal vez no hay sido capaz de explicarme muy bien, pero creo haber lanzado una serie de ideas interesantes que pueden servir como punto de partida para darle más vueltas al tema. ¡ Y sin haber consumido psicotrópicos ! ¿Será la caló, o será la alergia primaveral? Este muchacho se nos va de las manos..

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué sería pues la normativa ISSOM de prohibir saltar vallas y muros "impasables" en la disciplina sprint? Iría contra nuestro concepto de orientador libre ya que se nos exige una prohibición y tenemos que “forzar” nuestro camino, nuestra elección de ruta, pero a la vez sería una nueva técnica visual y nos exige nuevos retos. Creo que sería el modelo del individuo primermundista, con objetivos a corto plazo, rápido y útil en el mercado(los sprints son vistos, venden).Yo me quedaría con la disciplina clásica, largas rutas, que me den tiempo a parar en el avituallamiento, oler,sentir,tocar.. y disfrutar de la carrera el máximo tiempo posible,sin prohibiciones,con un crecimiento y ritmo constante,después moriré tras exprimir todo mi esfuerzo mental y físico.No quiero amigos que estén esperando sólo el dia de mi boda(control de espectadores) o el día de mi muerte(En el sprint final), prefiero disfrutar de ellos a lo largo de la carrera.
Me encantó el post

Patxorrita dijo...

Estos son los comentarios que quería promover e incentivar, los que tengo que leer varias veces pero que llevan "chicha".
Yo también me quedo con la clásica, carreras en las que puedes fallar (tener un revés en la vida), pero también puedes venirte arriba luchando con pundonor e incluso arreglar el error. Comparto tu opinión.
Los sprints vendrían a ser las vidas de esos que viven deprisa como si no hubiera un mañana, lo quieren probar todo ya, siempre a más, dame rock´n roll.
Es por ejemplo el caso de esos brokers que se hacen millonarios en un pis-pas. La normativa ISSOM serían las normas para regular los mercados y las finanzas, vamos, lo que pretenden eliminar.

Josu el vasco dijo...

Ufff, tu estas seguro que con el caucho no se alucina??

Es curioso, cada vez que leo una de tus profundas reflexiones termino dandoles sentido, taL vez yo me coma la cabeza de formas mas simples, pero en el fondo la carrera de obstaculos de mi vida se asemeja mucho a algunas pruebas de orientación, ahora tal vez me encuentre fuera del mapa, pero tengo puestas todas mis energias en volver a resituarme y continuar por el buen camino...

Patxorrita dijo...

Ojalá todo vuelva a su cauce cuanto antes Josu. Fuerza y valor para afrontar los obstáculos !!! Y recuerda que no es mejor quien no cae sino quien lo hace y se levanta una y otra vez.