domingo, 3 de junio de 2012

RAYADOS, CURVAS AUXILIARES, LÍMITES DE VEGETACIÓN…

  Quisiera en esta ocasión lanzar a la red, como si de una botella con mensaje se tratara, unas reflexiones cartográficas en torno a ciertos elementos cuyo uso y abuso son motivo de controversia entre los practicantes de la carrera de orientación. Vamos allá:

- Rayados verdes:

  Las tramas de vegetación arbustiva que representan zonas en las que se puede REDUCIR LA VELOCIDAD DE CARRERA se utilizan desde hace relativamente poco en la historia de la cartografía de la orientación, pero son de gran utilidad si se usan bien. Todos conocemos ejemplos en los que, tal vez “ensucien” la lectura del plano pero que si no se utilizaran podrían, incluso, alterar los resultados de una competición al no describir fielmente un condicionante en cuanto a penetrabilidad de vegetación que puede llegar a ser muy importante.

  Las especies vegetales que pueden formar masas arbustivas son variadas, pero a efectos de cartografía sólo nos debe importar la reducción efectiva y real de la velocidad que puedan acarrear, si bien, pueden darse diferencias en la velocidad de distintos orientadores/as en función de por dónde pasen concretamente.

  El uso de dichas tramas no puede servir nunca para diferenciar o representar la presencia de plantas que no sean arbustivas. El hecho de que en alguna zona pueda haber especies herbáceas o similares pero que no suponen una disminución significativa de la velocidad de carrera no legitima el uso de los rayados. Asimismo, cuando los arbustos sean tan altos que no sólo reduzcan la velocidad sino que además reduzcan la visibilidad, el dibujo de los mismos debería hacerse con una trama de verde continuo.

- Curvas auxiliares:

  Las curvas auxiliares, bajo mi punto de vista, deberían tan sólo utilizarse, y en orden de prioridad, en caso de:

1.- Definir elementos perfectamente reconocibles e incluso susceptibles de albergar un control.

2.- Un propósito descriptivo o de mejor definición de la realidad en casos concretos.

  Y yo creo que no deberían usarse:

1.- Para rellenar espacios en blanco o sin información de relieve.

2.- Entre dos curvas de nivel “normales” de forma redundante, es decir, sin reflejar ninguna variación importante del terreno entre las curvas en las que queden enmarcadas.

- Suelo rocoso:

Example carto 001

A menudo se abusa de los puntitos negros para representar un suelo rocoso, que no pedregoso. Si se pusieran puntos negros en todos los suelos pedregosos, habría planos salpicados de puntitos negros casi en su totalidad. En mi opinión dichos puntos no se han de poner con un propósito descriptivo, o sea, para representar que hay rocas sueltas pequeñas por el suelo, sino más bien para decir que no sólo las hay sino que su disposición sobre el terreno puede ralentizar la velocidad de carrera de forma importante.

En la imagen (Lumbreras, V. Dobretsov) se puede ver un ejemplo en el que la unión del suelo rocoso con numerosos límites de vegetación crean una visión saturada de puntitos negros. También se puede ver cómo se ha “abusado” del uso de la curva auxiliar ya que si la elimináramos el plano no sufriría un gran cambio; la curva auxiliar se limita a seguir la tendencia de las curvas entre las que se encuentra. No da nueva información sino que enfatiza la información que ya nos darían las curvas de nivel, por lo tanto su uso resta legibilidad.

- Límites de vegetación:

  Me refiero a los límites de vegetación dentro de zonas forestales, los de las líneas de puntos, no a aquellos que separan cultivos de zonas forestales y que se representan con una delgada línea continua de color negro. En ocasiones se ven dibujados dichos límites de vegetación en lugares que separan diferentes tipos de arbolado, que no de penetrabilidad, y probablemente dicha distinción se vea muy bien en la ortoimagen que el cartógrafo haya usado para elaborar el plano, pero si dicho límite no es claramente visible a velocidad de carrera en el terreno (más que sobre el mismo) pues no tiene mucho sentido el dibujarlo.

   Al final, en cuanto a la representatividad de estos y otros elementos, el dilema del cartógrafo parece estar entre hacer un dibujo más descriptivo, ya que representa elementos que de hecho se hayan sobre el terreno, aunque no sean muy representativos o balizables, o hacer un dibujo más útil y legible para el corredor, incorporando exclusivamente elementos muy importantes como referencia para la navegación, susceptibles de albergar un control y que den información necesaria y fiable de cómo se puede ver reducida la velocidad de carrera.

   Dicho esto, no implica que en el pasado, o incluso en el presente dado el caso, yo respete todo lo dicho anteriormente. A la hora de hacer un plano hay que trazarse líneas rojas pero todos sabemos que toda norma tiene su excepción, si bien ésta ha de ser eso, una excepción.

   Existe el caso de un cartógrafo que tiene muchos trabajos firmados en nuestro país y que trabaja muy bien como es Viktor Dobretsov. Lo que no es muy comprensible es por qué si su trabajo va dirigido a una escala de 1:10.000, a veces se imprimen en 1:15.000. Lo lógico sería hacer una “purga” de ciertos elementos que no tendrían cabida en un plano 1:15.000. De alguna manera lo que se nos viene a decir es que no importa el criterio con que se haga un plano en función de la escala final, pero si el mismo ejemplo se trasladara a la proporción entre las escalas 1:5.000 a 1:10.000 nos llevaríamos las manos a la cabeza, ¿o no?

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