El taburete y el guante…

   No hace mucho fui requerido por parte del equipo que gestiona la FOCYL para asistir a una concentración de jóvenes orientadores/as a realizar en la provincia de Salamanca dentro del programa Siglo XXI. La razón se me antoja sencilla y es que yo había realizado dos de los planos a utilizar, había revisado un tercero y conocía el entorno del cuarto, así que, tanto para la colocación de controles como para transmitir detalles y características de la cartografía a los participantes, mi intervención parecía conveniente.

   En un momento de dicha concentración se separó a los convocados en grupos para realizar unas charlas en torno a los entrenamientos realizados y otros temas en torno a la orientación. El coordinador de la actividad nos dijo a los monitores en broma que intentáramos “aburrir” a los chavales para que les entrara sueño y no tuvieran ganas de dar guerra tras el “toque de queda”…pero yo me lo tomé al pie de la letra.

   El caso es que, llevado por la curiosidad, toqué un tema que no es habitual en el entorno de la orientación…al menos no de una forma directa aunque siempre está presente de un modo u otro. Y me refiero a la preparación mental: Tras preguntar a los/las jóvenes qué condiciones o facultades creían necesarias para hacer orientación del mejor modo posible algunos mencionaron conceptos integrados dentro de la preparación física como la resistencia, otros hablaban de tener buena técnica y alguno se refirió a la memoria y la concentración.

   Entonces les comenté que la buena práctica de la orientación se asentaba sobre tres bases (o patas, en el caso de un trípode o un taburete), una la condición física, otra la condición técnica y por último, pero no menos importante, la condición mental. Este pensamiento no es mío, yo lo leí en una entrevista a Anna Folkegard y a ella probablemente le llegara por otro canal, ya que esta idea, tan antigua como evidente, sin embargo no parece tener la importancia que se merece.

  Cuando hablamos acerca de nuestro deporte con alguien que no practica la orientación , en ocasiones, nos dice que él/ella no podría practicar esta actividad porque no tiene esa capacidad, como si se tratara de una facultad heredada genéticamente o un don divino y, al parecer, invariable…vamos, que se tiene o no se tiene y que si se tuviera en un grado determinado no se podría alterar para bien o para mal. Sin embargo nosotros sabemos que la orientación deportiva no nace con nosotros, sino que hemos de aprender a leer e interpretar los planos así como las diversas técnicas a aplicar. Asimismo facultades mentales como la concentración, la estabilidad emocional, la memoria visual a corto y medio plazo, la percepción selectiva y otras no son inamovibles. Tal vez estemos predispuestos a una mejor o peor puesta en práctica de nuestras habilidades mentales pero no determinados, es decir, igual que progresamos física o técnicamente con el entrenamiento y la práctica, las facultades mentales también son susceptibles de entrenamiento y mejora.

   Y sin embargo, ¿alguien conoce alguna tabla de entrenamiento mental concreto aplicado a la carrera de orientación?,¿alguna práctica para mejorar las facultades mentales?,¿sólo cabe mejorarlas haciendo carreras?,¿se puede entrenar mentalmente sin moverse?,¿mejoran prácticas como el estudio o la meditación nuestra capacidad mental?,¿cuáles son exactamente las capacidades mentales implicadas en la práctica de la orientación y cómo podrían mejorarse?…Se me ocurren estas y otras muchas preguntas al respecto y lo peor es que no conozco bibliografía* o a nadie que aúne conocimientos aplicados de psicología a la carrera de orientación. Probablemente en otros países o leyendo algún trabajo nacido en alguna facultad de Dios sabe dónde se puedan hallar respuestas pero lo cierto es que, según parece, la preparación y entrenamiento mental es la última frontera de la orientación en nuestro país; el sector en el que cabe más margen de mejora sobre todo porque parece olvidado y no se tiene en cuenta por el común de la población orientadora.

* Pueden encontrarse interesantes trabajos en torno a esta disciplina en los boletines del Scientific Journal of Orienteering, que se pueden descargar en la web de la IOF. http://orienteering.org/resources/publications/scientific-journal-of-orienteering/

   Razonando con los asistentes a la concentración llegamos a la conclusión de que la preparación mental es la asignatura pendiente, la pata que cojea en el taburete: Muchos errores vienen por la falta de concentración al encontrarnos con otros participantes, conocidos o no, por ver otros controles, por no respetar la elección de ruta planificada originalmente, por las dudas que nos aporta una mala interpretación del plano o una mala percepción de sus detalles o de los elementos sobre el terreno; ¿qué decir de los errores surgidos fruto de otro error?

  En este punto surgió el tema guante: Yo les enfatizaba la importancia de mantener la estabilidad emocional y que, ante un error, en vez de abatirse y perder la concentración, debían dar la vuelta a la situación como si de un guante de goma se tratara y sacar algo positivo de lo negativo. Por eso, en vez de ver un error como una coyuntura insalvable que nos “saca” de la carrera hay que verlo como una “oportunidad”, un interruptor mental que nos active, que dispare nuestro genio y nos lleve hacia arriba en vez de hacia abajo. A menudo las carreras no las gana quien no falla, sino quien falla menos y quien resuelve los errores más rápida y eficazmente.

   Otra conclusión valiosa a la que llegamos es que un buen entrenamiento mental es la práctica del estudio, así que si no estudian por otros motivos tal vez lo hagan pensando en que van a ser mejores orientadores/as; algo habremos ganado. Reunidos con posterioridad los monitores, les expliqué la temática de mi charla con el grupo asignado y, por una parte admitían la validez y utilidad de lo hablado pero, por otra, también se reían de la situación al imaginar a los pobres chavales aguantando una “chapa” tan espesa y conceptual, más propia de otros foros.

  Fotos de controles en el plano Sierra de Tonda Sur, Valdelacasa (Salamanca).