lunes, 15 de agosto de 2016

EVOLUCIÓN

  Hace aproximadamente un año se abrió para mí un periodo de reflexión, de revelación, un cambio; en definitiva, un tiempo de evolución. Cambié el chip respecto a algunas cosas. Por ejemplo, me replanteé el tiempo de mi vida que pasaba sentado en el asiento de cualquier tipo de vehículo en viajes de ida y vuelta a carreras de orientación. No me arrepiento de nada en este sentido, pero ahora se me antoja excesivo el tiempo necesario que se invierte en acudir a algunas carreras que no me aportan nada (planos con poco contenido técnico, planos repetidos y que no suponen un reto o desafío real, planos urbanos o pruebas de sprint en las que realmente no disfrutaba practicando la orientación,…).Es tiempo de identificar lo que me gusta y lo cierto es que mi prueba favorita es la clásica, o como mucho la media. Sprints, algunas urbanas, los he corrido, pero no me entusiasman. Por mi trabajo, no puedo ir a muchas carreras a las que me gustaría acudir, pero tampoco es cuestión de ir a otras sólo porque si puedo, cuando no me dicen nada. Mi bagaje de carreras y terrenos visitados es amplio y, aunque creo que es mucho más lo que me falta por conocer, el hacerlo puede implicar largos desplazamientos.

   Otro tema que no veo igual es el tiempo necesario para afrontar un proyecto de cartografía. He disfrutado bastante pasando muchas horas haciendo trabajo de campo y algo menos digitalizando el trabajo delante de la pantalla de un ordenador. Insisto, no me arrepiento del trabajo realizado y el tiempo invertido, pero a día de hoy se me antojan excesivas las horas necesarias para realizar un plano. Lo mismo puedo decir acerca de la organización de carreras; hoy me parece un trabajo cada vez menos estimulante y con el que ya no disfruto como lo hacía hace tiempo. ¿Puede decirse que mi compromiso por el desarrollo y asentamiento de la orientación ha descendido? Puede que sí, o simplemente he decidido que ya he dedicado a esto demasiado tiempo y que es algo que ya no va conmigo. Digamos que la orientación ocupaba un nivel de prioridad alto en mi vida y ahora ese nivel es menor y ha sido sustituido por otras actividades; porque, aunque no lo pareciera, siempre he tenido otras inquietudes y aficiones al margen de la orientación.

   Estos cambios no implican un abandono de la orientación, pienso seguir practicándola, pero con menos frecuencia y ya no dedicar tiempo a actividades paralelas (cartografía, organización de pruebas, etc..). La carrera de orientación me parece un estupendo modo de vivir la naturaleza, pero no es el único ni mucho menos, hay muchas actividades deportivas que también se desarrollan en plena naturaleza (senderismo, bici de montaña, etc..). ¿Existe algún otro factor que haya propiciado este “empujón” evolutivo? Sin duda. Primero, el tener otras actividades y ocupaciones que vienen a rellenar el tiempo que dedicaba a la orientación, y por otro lado, la degradación del entorno humano en el que venía moviéndome y que me ha llevado a sentir un profundo sentimiento de decepción hacia algunas personas que fueron influyentes para mi en otro tiempo. Aun recuerdo gratamente los tiempos en los que formábamos un grupo en cualquier carrera sin importar la edad, la procedencia, el club, el nivel físico o técnico. Sólo éramos gente con una afición en común y ganas de pasarlo bien; todos diferentes, pero todos iguales, nadie representaba el papel de un líder que no se necesitaba, nadie ostentaba una autoridad hacia los demás. Hoy en día, esa situación ha cambiado para peor.


   Es este un tema delicado ya que entramos en el terreno de los puntos de vista particulares y cada uno ve las cosas a su manera, pero cualquiera puede entender que se quiera evitar un entorno en el cual hay un puñado de personas que han llegado a la conclusión de que no soy merecedor de su respeto y de que no les gusta cómo gestiono mi vida. Tal vez por una confianza mal entendida y que no se dan cuenta que han perdido, estas personas me juzgan y critican, se permiten el lujo de meterse en mi vida para analizar malintencionadamente cada pequeño detalle, llegando incluso a contarme los cuartos y a decirme lo que tengo o lo que no tengo que hacer, a decirme en qué o en qué no debo gastarme el dinero. Increíble, pero cierto. Tengo muy claro lo que quiero en mi vida y lo que no estoy dispuesto a soportar y, por supuesto, no voy a tolerar la manipulación, el condicionamiento más o menos explícito ni la coacción directa y verme sometido al juicio y crítica de personas tóxicas que, desde mi punto de vista, son injustas e irrespetuosas. Podría alargarme mucho con este tema pero no creo que merezca la pena dedicar más tiempo a esta cuestión. Sólo puedo decir que a pesar de haber PERDIDO, por ejemplo, un contacto más frecuente con muchas otras personas con quienes tenía una buena relación, sin embargo, en mi interior, la sensación es la de haber GANADO, ganado en tranquilidad, en confianza y en coherencia conmigo mismo. A aquellos con los que me llevé y llevo bien decirles que sigo ahí y que pueden contactar conmigo cuando quieran y a los otros que les vaya bien, pero lejos de mí.

2 comentarios:

Josu el vasco dijo...

Demasiado tiempo!!

Demasiado tiempo que llevo sin entrar en este blog

Demasiado tiempo que llevo sin ver a su autor y compartir con el un rato de charla y tal vez una cerveza.

Demasiado tiempo sin tener noticias

Demasiado...

También demasiados años, o... Sera que nos hacemos mayores??

Bernardo, espero verte mas pronto que tarde y compartir contigo esa cerveza que mas arriba comentaba.

Para el resto... hay etapas en la vida en que cuerpo y mente piden cosas diferentes

Un saludo, un abrazo, y aprovechando las fechas... Zorionak eta Urte Berri On

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.