¡¡¡BLOGUEROS!!! ESOS BICHOS RAROS

  No hace mucho charlaba con otro orientador que también escribe un blog. Se quejaba diciéndome que parece que hay personas quienes piensan que escribimos para criticar a los demás, convirtiéndonos en unos “tocapelotas” repelentes y listillos, que sin documentarnos debidamente, o incluso haciéndolo, señalamos los defectos de los demás a la hora de organizar, gestionar, etc...como si nosotros fuéramos perfectos. Yo había tenido recientemente una amarga experiencia en este sentido y, claro, le di la razón, pero sólo parcialmente, comentando que no todo el mundo nos dedicaba apelativos desagradables.

  Tal vez en su caso la vocación con la que inició la experiencia de escribir un blog era exclusivamente la de compartir información con otros, pero en mi caso, le explicaba, la mayor motivación era hacer una catarsis, asentar mi opinión, pensamientos y percepción de experiencias vividas, por medio de la escritura. El hecho de hacer públicos mi opinión y punto de vista era un factor que me podía ayudar a sintetizar y cuidar el lenguaje y a no dar rienda suelta a mi imaginación dejando caer simples especulaciones como verdad absoluta.

   A pesar de no escribir para los demás, sino para mi mismo en una especie de ejercicio de autosatisfacción y limpieza intelectual, no puedo evitar hacer cierta autocrítica responsable cuando me doy cuenta de que lo que escribo es seguido por más gente de lo que pensaba. Cuando alguien me hace alusión a algo que ha leído en mi blog o leyendo algún comentario a lo escrito, me percato de que me leen personas que ni me imaginaba que pudieran hacerlo y me recorre la espalda un calambrazo de sorpresa, responsabilidad, e incluso un poco de ese orgullo tonto que rápidamente me autocensuro.

   Yo creo que es positivo el que haya personas que compartan sus experiencias y opiniones con los demás, y que si lo hacen desde el respeto y la objetividad, sin afán de protagonismo o autobombo, pueden ayudar a otros a reflexionar acerca de muchos temas, de ver por que cauces discurre nuestro deporte desde un punto de vista personal, o incluso, a aprender alguna cosilla. Por eso a los blogueros que escriben con buena voluntad, respeto y empatía, apelando a la mayor objetividad posible, que por favor no tiren la toalla ante quienes les critiquen sin argumentos, suponiendo en sus palabras un ataque; dejad que quienes se rigen por el refrán “piensa mal y acertarás” y viven todo el tiempo con el dedo en el gatillo, expulsen su veneno, generado desde teorías malintencionadas o incluso una envidia pura y dura. Escuchadles con educación, pero no caigáis en sus trampas y seguid escribiendo. Mientras otros ladran, nosotros cabalgamos.