No mucho, muchísimo he meditado antes de mostrar mis vergüenzas del alma plasmadas en una ¿poesía?. El duro invierno pasado me sumió en un hastío poco normal en mi, de naturaleza poco ambiciosa y rico por conformarme con poco. Sin embargo, las horas cerrado en casa, preso por un cielo sin piedad hicieron que volcara mis pensamientos en un espacio blanco; blanco como el campo nevado, hermoso por la llamada al placer de ensuciarlo con mis pisadas y tenebroso en su claridad por lo que puede ocultar bajo su manto.
Y así muestro mi alma, desnuda y sudorosa como un finlandés en su sauna poco antes de fustigarse con unas ramas de abedul.
El viento Norte que nos azota y nos cala hasta el tuétano ha hecho volver a mi sentimientos del pasado que lanzo a un mar virtual en una “blogtella” de cristal líquido.
Otro invierno se va
dejando un año atrás
dejando frío y muerte
temor y oscuridad
Otro invierno que huye
y me deja a la mitad
deja lluvia y deja hielo
y ganas de terminar
Ya no quiero cerveza,
que me amarga el paladar
sólo quiero estar solo
solo para mirar
Otro invierno se marcha
y me deja en la ventana
viendo al viento volar
viendo charcos nada más
Ya no aprecio la paz
no deseo el nirvana
quietud que anhelara
ya no la quiero más
Soy joven pero viejo
soy viejo aunque joven
sólo vivo otras vidas,
no encuentro mi edad
Morir puede dar la vida
si morir es amar de verdad
mejor vivir un segundo
que morir una etermidad
Tranquilo pero vacío
vacío de tanto esperar
esperar lo que no llega
en vez de salir a buscar
Cómo envidio a los necios,
no se paran a pensar
que sólo siguen su instinto
comer, beber y bailar
Engañarse es necesario
para una vida normal
la verdad no es nada útil
de poco te servirá
Tontos y satisfechos
sin ganas para pensar
sólo con mucha fuerza
con ganas de trabajar
Esclavos de los motores
que hacen al mundo girar
Oro, placer y tedio
¿quién necesita más?
Mezclo churras con merinas
y aceite hecho al agua
pierdo el tiempo con pruebas
lo pierdo con las palabras
Hubo quien me tentaba
a la cadena entrar
era el diablo con un hueso
la costilla de Adán
Pero yo me engañaba
porque no creía ser un can
como humano me erguía
buscando la claridad
Pobre tonto orgulloso
creyose mejor que el can
porque tenía dos piernas
y una testa para pensar.
Mi cuerpo me traiciona,
cuesta abajo he de estar
porque ando por los extremos
en vez de por la mitad
La culpa es del invierno
que no deja respirar
que me hostiga con sus armas
que me quiere rematar.
Venga pronto ya el estío
que el ciclo avance ya
ya estoy harto de lluvias
que el cielo se abra más
Que el sol castigue mi espalda
que lo maldiga una vez más
que caliente hasta morirme
que pida al invierno tornar
La humana naturaleza
no me deja de asustar
despreciamos lo que tenemos
lo que no, hemos de ansiar.
Yo que ahora no tengo
costilla que fuera de Adán
quiero amor y quiero muerte,
quiero instinto, quiero bailar.
Y si acaso la encontrara
la vida me iré a buscar
que no sea en los silencios
que no sea sin la paz.
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