sábado, 10 de julio de 2010

DÍA 4-CAMINO A DONEGAL



Mañana de prisas, hay que ir al aeropuerto, unos toman un vuelo, otros hemos de recoger un coche de alquiler y salir hacia Donegal.
Un muchacho, al que me cuesta entender horrores, nos gestiona el alquiler de un Ford Focus bien equipado. Ya en carretera hay que adaptarse a la circulación por la izquierda, que ya caté hace años en Escocia. Lo más complicado viene al cambio de marchas y en las rotondas e intersecciones, pero poco a poco la cosa va bien.
Drogheda, Monaghan, Omagh y DONEGAL (o Dún na nGall en gaélico, que significa “la fortaleza de los extranjeros”). Donegal no es muy grande, pero tiene mucho ambiente porque es un punto a partir del cual hacer varias visitas interesantes y además es “capital” de condado. La zona de competición de los 3 días de Irlanda está a unos 10 kilómetros, al Noreste del lago Eske.
La amenaza del volcán islandés hizo que se retrasara al máximo el intento de reserva en un hotel por lo que, ya sin plazas disponibles, hubo que recurrir a un hostel, es decir un albergue, que si bien es más barato, también dispone de menos comodidades. Pero bueno, los que conocemos el suelo duro, nos adaptamos a lo que sea y al final el hostel resulta bastante bien porque hay muy buen rollo. Linda, la dueña del hostel, es una tía con un sentido del humor de la leche, las anécdotas con ella son numerosas y la química del cachondeo surge casi al instante. Además el ir y venir de gentes de todas partes dan color al día a día en el alojamiento.
Tras una visita a Donegal para comer, hacer compras, buscar información en turismo, etc, hay que ir a ver algo, ya que al día siguiente la carrera es corta y empieza por la tarde. Cualquier destino lejano se hace poco apetecible así que al final la visita es a unas playas situadas al Sur de la bahía de Donegal. Dichas playas son muy largas, de arena fina, con una barrera de dunas y con muchas algas en algunas zonas. La soleada tarde invita a caminar por la orilla y a llevar la vista a paisajes lejanos bastante diferentes a los habituales de la meseta castellana. El baño no parece recomendable por la temperatura de las aguas; hay gente con motos de agua pero llevan trajes de neopreno. Ya por la noche es tiempo para cenar y tomarse unas pintas, bien de Guinnes bien de Smithwiks, una cerveza de media fermentación bastante conocida por toda Irlanda. El REEL INN es un pub con música en vivo todas las noches. La primera noche allí estaba siendo retransmitida para la televisión la sesión de música tradicional. La fauna propia de este pub es digna de ver, incluido un borrachín que anda como Chiquito de la Calzada, habla solo y que lleva en las manos una pinta de cerveza y un chupito de whisky; se ve que ante la duda se dijo: “Pues los dos”.

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