sábado, 10 de julio de 2010

DÍA 6-SEGUNDA CARRERA EN LOUGH ESKE


Esta vez la carrera es por la mañana y más larga que el día anterior. Subida hacia la salida, que hoy está más lejos, a 2 km.
En esta ocasión corro más mentalizado y con más ganas. Apenas cometo errores pero cerca del control 13 entro al trapo y me voy a una baliza cercana que no es la mía. La tontuna me resta minuto y medio más o menos. Aquí soy alcanzado por el ganador de la categoría, un húngaro que zumba que se las pela. No soy capaz de acabar a su ritmo.
Tras la carrera viene la comida y después una siesta. El temprano amanecer y la no existencia de persianas en estas latitudes hacen que acumule horas de sueño de poca calidad, por lo que caigo rendido en plena digestión, la cerveza también ayuda. La tarde transcurre tranquila aunque con la pesadumbre de no haber ido a hacer alguna visita a los numerosos sitios interesantes que hay cerca de Donegal, pero bueno, es lo que tiene la dinámica de las carreras.
Por la tarde-noche cena en un italiano; un platazo de pasta viene bien para tener hidratos en el cuerpo. Lo gracioso es que se les jode la alarma y un pitido infernal hace que vayan moviendo a todos los clientes a la planta superior. Bueno, lo mismo da arriba que abajo. Después hay que ir al Castle Bar, junto al viejo castillo de Donegal, para tomar unas pintas y mezclarse con los nativos.


En la foto se puede ver un ejemplo de las hierbas que cubren el terreno, aunque, sorprendentemente, estos cepellones tan verdes se pueden encontrar en algunos puntos concretos de la Calabaza.

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